Desde Rusia diversas fuentes ligadas a las autoridades de ese país aseguran que la Cumbre de la OTAN que se llevará a cabo en Madrid la semana que viene avanzará hacia una declaración de guerra.
El Político
Funcionarios de la nación rusa sostienen que los miembros de la OTAN eligieron un camino que les recuerdo al que dio a inicio a la Segunda Guerra Mundial.
Del 28 al 30 de junio en Madrid acogerá la Cumbre de la OTAN. Se espera que a dicho evento asistan más de cinco mil personas.
Reporta ABC que en Moscú dicen estar convencidos de que el origen de todos los males para el sistema de seguridad mundial es la OTAN y, subsidiariamente, Estados Unidos y la Unión Europea principalmente.
De hecho, las autoridades rusas reiteran con frecuencia que la actual guerra en Ucrania es en realidad una campaña contra la Alianza Atlántica.
«Ahora, de la misma manera, la Unión Europea, junto con la OTAN, están armando la misma coalición, pero más moderna, para luchar y, en general, hacer la guerra a la Federación Rusa. Analizaremos todo esto detenidamente», añadió el jefe de la diplomacia rusa. Señaló también que «somos muy conscientes de que la UE ha evolucionado claramente durante los últimos años en la línea de establecer unos pilares ideológicos agresivos, fundamentalmente rusófobos».
Enfado del Kremlin
En junio del año pasado, con motivo del 80 aniversario del ataque de las tropas hitlerianas contra la URSS, el semanario alemán ‘Die Zeit’ publicó un artículo de Putin tachando la expansión de la OTAN de «vestigio de la Guerra Fría». «Desde 1999, se produjeron cinco oleadas más de ampliación con la integración de 14 nuevos países, incluidas repúblicas de la antigua Unión Soviética», en alusión a Estonia, Letonia y Lituania, recalcó el mandatario ruso. A su juicio, tal forma de proceder, «enterró las esperanzas de un continente sin líneas divisorias».
La ruptura definitiva de Moscú con la Alianza se produjo en octubre del año pasado a causa de la expulsión de ocho diplomáticos rusos acreditados en Bruselas ante la organización acusados de «actividades hostiles». Fue clausurada la Embajada de Rusia ante la OTAN y en Moscú desapareció también la representación aliada. Putin anunció que «la OTAN ha roto todos los mecanismos de diálogo».
Ya entonces, a menos de cuatro meses del comienzo de la guerra en Ucrania, Moscú volvió a denunciar el acercamiento de las infraestructuras de la Alianza hacia las fronteras rusas y la realización de maniobras en el este de Europa y en el mar Negro. El presidente ruso deploró también los envíos de armas a Ucrania y la negativa de Kiev a cumplir los acuerdos de Minsk, factor que, según él, agudizó la crisis en Donbass.
Garantías de seguridad
Lo cierto es que Rusia tenía ya entones sus tropas listas junto a la frontera ucraniana para la invasión que lanzaría el 24 de febrero. En el mes de diciembre, comenzó una intensa actividad diplomática para tratar de evitar la guerra con múltiples encuentros, especialmente entre Lavrov y su homólogo norteamericano, Antony Blinken.
El Kremlin exigió unas «garantías de seguridad» que incluían un repliegue de la OTAN a las posiciones que tenía en 1997, lo que suponía una decisión tan poco realista como sacar de la organización a todos los estados que se incorporaron desde entonces. Y también descartar que Ucrania, Moldavia, Georgia o cualquier otra república exsoviética pudiera formar parte nunca del dispositivo atlántico. Moscú quería además el reconocimiento de Crimea como territorio ruso.
Fuente: ABC