Pedro Sánchez ha logrado lo que quería. El presidente en funciones cuenta con los votos requeridos para formar un Ejecutivo y, por tanto, mantenerse a la cabeza del Gobierno de España.
El Político
Sánchez, secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), ha pactado con una serie de agrupaciones de izquierda, ultranacionalistas y separatistas. Con ello, ha conseguido asegurarse 179 síes en la próxima sesión de investidura.
La audiencia, que no tiene fecha pero que, con certeza, se efectuará la semana entrante, no debería arrojar sorpresas. Dado que se requieren 176 votos favorables para conformar un Ejecutivo, la designación de socialista parece ser un hecho.
Para llegar hasta este punto, Pedro Sánchez ha hecho concesiones. Este viernes, su tolda llegó a un trato que le garantiza al Partido Nacionalista Vasco (PNV) el “reconocimiento nacional” del País Vasco.
El PSOE y PNV también pactaron la expulsión de la Guardia Civil. Las competencias de ese cuerpo de seguridad serán asumidas, tras la investidura de Sánchez, por la Ertzaintza; es decir, la policía vasca.
Sin embargo, el acuerdo más controvertido fue el que se alcanzó, esta misma semana, con Junts, una organización con sede en Cataluña, que apoya la independencia de esa región del noreste de España.
Tras días de negociaciones en Bruselas, la capital de Bélgica, socialistas e independentistas convinieron una ley de amnistía, que borraría, de un plumazo, los delitos cometidos por líderes soberanistas.
Entre esos dirigentes está Carles Puigdemont. El ex president de la Generalitat huyó de suelo español en 2017, cuando la justicia lo acusó por sedición. Antes, Puigdemont, había desafiado al Gobierno central con un referendo secesionista inconstitucional.
Rechazo diplomático
El perdón que le sería concedido a los líderes del procés de Cataluña ha levantado una marea de críticas. Las reacciones de condena empezaron a llegar desde todas las direcciones.
Durante la jornada de este 10 de noviembre, diversos colectivos dejaron claro su rechazo y empezaron a tomar distancia. Desde el mundo judicial, el Colegio Nacional de Letrados de la Administración de Justicia se pronunció en contra.
Lo propio fue hecho por los magistrados que se encuentran representados por la Asociación Profesional de la Magistratura, la Asociación Judicial Francisco de Vitoria, Juezas y Jueces para la Democracia, y el Foro Judicial Independiente.
Por su parte, la Asociación de Fiscales, la Asociación Profesional Independiente y la Unión Progresista han calificado como “inadmisible” el pacto con el que se perdonaría a todos los líderes independentistas judicializados desde 2012.
Pese a todo, la condena más escandalosa arribó desde el gremio diplomático. Por lo menos 60 ex funcionarios, quienes hicieron carrera dentro del servicio exterior de España, criticaron el convenio.
Como especialistas en política exterior, los diplomáticos, hoy en situación de retiro, aseguraron que, con sus tratos, Pedro Sánchez ha convertido a España en el “hazmerreír de Europa”.
Los ex funcionarios añadieron que la amnistía echa por tierra el esfuerzo de cónsules y embajadores para desmontar la narrativa soberanista usada, en 2017, por Carles Puigdemont y demás dirigentes que, en ese momento, gobernaban Cataluña.
La calle no para
Por octava noche consecutiva, la calle Ferraz de Madrid se convirtió en un campo de batalla. Una vez más, los antimotines se vieron obligados a usar la fuerza para contener a detractores que deploran la amnistía.
Hace un día, los disturbios se sellaban con 24 manifestantes detenidos y siete agentes con lesiones de distintos tipos. Las trifulcas se han registrado cerca del edificio que acoge las oficinas del Partido Socialista Obrero Español.
En toda esa área, las consignas han vuelto a resonar. Al grito de “Sánchez traidor” o “Puigdemont a prisión”, 4.000 almas (la mitad del aforo registrado la jornada previa) han mostrado su descontento.