Parece que las horas del tenista serbio Novak Djokovic para ser expulsado de Australia se acortan, luego de reconocer que que se cometieron "errores humanos" en los documentos para entrar a Australia.
Mario A. Beroes R./El Político.-
Además, habría violado disposiciones de la cuarentena en el continente austral, al acudir a una entrevista con un medio deportivo pese a conocer que era positivo por COVID-19.
"Me sentí obligado a acudir a la entrevista con L’Equipe para no dejar embarcado o plantado al periodista, pero mantuve distancia social y mascarilla todo el tiempo, excepto durante las fotografías."
"Al regresar a casa me aislé y reflexioné. Cometí un error de juicio y admito que tuve que posponer la cita", apuntó el deportista en un comunicado publicado en las redes sociales.
La prueba COVID de Djokovic
Djokovic asegura que se sometió el 16 de diciembre a una prueba para detectar el covid-19, cuyo resultado conoció un día más tarde, después de acudir a un evento con jóvenes, mientras que la entrevista fue el 18.
"Era asintomático y me sentía bien y no recibí la notificación de mi test PCR positivo hasta después de ese evento".
Djokovic dijo que también se sometió previamente a pruebas de antígenos por precaución, los cuales dieron negativo.
El serbio de 34 años instó a los medios a que se corrija la información errónea publicada respecto a sus actividades "en particular en lo que se refiere a la preocupación generalizada de la comunidad por mi presencia en Australia, y para abordar asuntos que son muy hirientes y preocupantes para mi familia".
Djokovic, quien espera poder defender su título en el Abierto de Australia a partir del día 17, también aseguró que su agente cometió un "error humano" al rellenar la casilla sobre los viajes que realizó el deportista en los 14 días previos a su llegada al país oceánico.
El gobierno australiano continúa considerando su posible anulación de visado y posterior deportación.
Sexto dÍA: ¿El definitivo?
Ya son seis los días que lleva el caso Novak Djokovic. El tenista serbio sigue esperando la decisión del ministro de Inmigración Alex Hawke sobre una posible retirada de su visado y su deportación de Australia.
De confirmarse la medida gubernamental, quedaría impedido de defender su corona en el primer Grand Slam de la temporada.
El tenista serbio ya ha admitido "errores humanos" en su documentación de viaje y las autoridades australianas siguen investigando su declaración por su postura frente a la vacunación contra el COVID.