La entidad Archivo Cuba documentó que en 2016 hubo en la isla 21 casos de muertes o desapariciones atribuibles al régimen cubano, y asegura que aunque el número de casos denunciados fue muy superior, en muchos de ellos no había información suficiente que permitiera añadirlos a la base de datos.
Se informó de la muerte de dos presos que se hallaban encarcelados con cargos de “peligrosidad pre-delictiva”, una aberración del Código Penal cubano que penaliza la propensión a cometer un delito contra el orden social en función de la evaluación subjetiva que realizan las autoridades estatales.
Según la información disponible, ambos prisioneros fallecieron de enfermedades y no recibieron atención médica adecuada u oportuna.
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Alexis Vázquez García, de 44 años de edad, murió el 21 de noviembre de 2016 en la prisión Combinado del Sur de Matanzas en lo que las autoridades calificaron de infarto masivo.
La familia insistió en que le permitieran examinar el cadáver y filmarlo. El cuerpo presentaba grandes hematomas en los brazos, la espalda y las piernas, por lo que la familia afirma que se trató de un asesinato. La película demuestra también que se había llevado a cabo una autopsia. En Cuba, las autopsias se realizan de oficio y se procede a la extracción de los órganos.
Archivo Cuba ha informado de denuncias sobre tráfico de órganos y de varios casos de fallecimientos sospechosos y manipulación indebida de cadáveres.
Michel Pérez Santoya falleció el 23 de septiembre de 2016 en el hospital de Ciego de Ávila. Estaba preso por hallarse desempleado. Un mes antes, los guardias de la cárcel le habían propinado una paliza tan fuerte que tuvo que ser trasladado al hospital, donde lo mantuvieron en cuidados intensivos durante varios días.
Tras ser devuelto al penal se le encausó nuevamente con el fin de añadir cinco años más de prisión a su condena. En un acto de protesta, Pérez Santoya se inyectó en las piernas una mezcla de orina, excrementos y agua azucarada. Al preso no le permitieron recibir visitas de sus familiares, no se le proporcionó atención médica y sólo fue trasladado al hospital cuando ya estaba agonizante.
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En noviembre de 2016, Archivo Cuba puso de relieve la muerte de dos disidentes. El periodista independiente y ex preso político Jorge Alberto Liriano Linares, de 67 años de edad, falleció en Camagüey el 14 de noviembre de 2016 debido a la negativa a prestarle atención médica adecuada y a la persecución política, que agravaron deliberadamente sus dolencias cardíacas.
El activista de derechos humanos Aracelio “Chely” Molina Leyva, de 53 años, murió en La Habana el 15 de noviembre de 2016, clavado en las puntas de una reja, a la que supuestamente cayó desde el techo de su casa en las primeras horas de la mañana.
Además, cuarenta y nueve emigrantes cubanos que trataban de llegar a Estados Unidos murieron o desaparecieron en peligrosas travesías marítimas o en lugares de América del Sur o Central. Archivo Cuba sólo pudo documentar 14 casos de personas con nombres y apellidos.
Nueve balseros fallecieron en marzo, 15 en julio y 20 perecieron cerca de los Cayos de la Florida en septiembre (aunque el Servicio de Guardacostas de Estados Unidos sólo recuperó cinco cadáveres tras una extensa búsqueda). Entre las víctimas figuraba Rolando Mojena, de 20 años de edad.
Dunieski Lastre Sedeño, de 25 años, y Edelvis Martínez Aguilar fueron asesinados cuando cruzaban la selva colombiana en un intento de llegar a Estados Unidos. En compañía de un tercer cubano, habían pagado 1.500 dólares a los coyotes colombianos para que los guiaran hasta la frontera con Panamá. Al llegar a una ciénaga, los coyotes les exigieron más dinero y, al comprobar que el grupo no lo tenía, violaron a Edelvis, la apuñalaron y la degollaron. También apuñalaron a los dos hombres; Dunieski murió, pero la otra víctima logró sobrevivir y proporcionó a las autoridades la información que permitió el arresto de los asesinos.
Carmen Navarro Olazábal, de 49 años, falleció el 20 de agosto de 2016 mientras trataba de llegar a Estados Unidos a través de América del Sur y Central. La Sra. Navarro fue víctima de un edema pulmonar complicado con un fallo renal como resultado de lesiones en los pies, una grave caída, un ataque de asma y el agotamiento que sufrió en 13 días de marcha a través de las selvas de Colombia y Panamá. Pianista y Licenciada en Química, formaba parte de un grupo de cubanos que salieron de Colombia tras ser apercibidos de deportación.
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Rubén Ramírez Caso, de 53 años de edad, murió en Panamá por la gripe causada por el virus AH1N1 mientras trataba de cruzar Centroamérica y llegar a Estados Unidos.
Cuatro médicos murieron mientras prestaban servicios en el marco de una “misión internacionalista” –los Doctores Bárbara Cruz Ruiz, de 45 años, Leonardo Ortiz Estrada, de 53 y Erick Omar Pérez, de 41, perecieron el 17 de abril de 2016 en Ecuador a causa de un poderoso terremoto. Dos meses después, la doctora Yanelis Fernández, de 28 años de edad, que había resultado gravemente herida en el sismo, falleció en un hospital de Quito a causa de un fallo cardíaco. Los profesionales cubanos del sector de la salud que trabajan en estas misiones lo hacen en el marco de acuerdos bilaterales suscritos por el gobierno comunista de Cuba en condiciones equivalentes a una esclavitud moderna. Los dividendos que generan estos servicios de exportación constituyen la principal fuente de ingresos de Cuba y, según las estadísticas oficiales, superan los 8.000 millones de dólares al año.
Otro “internacionalista” cubano, el fisioterapeuta Freddy Bartolo Nápoles, de 54 años de edad, fue asesinado en Venezuela el 10 de octubre de 2016, por dos delincuentes que, según se informó, fueron abatidos posteriormente por agentes de policía.
En 2016, sindicalistas cubanos independientes informaron de la muerte de dos trabajadores, cuyos nombres no se revelaron, que resultaron electrocutados en La Habana. A los obreros no se les había proporcionado equipo de protección; los accidentes laborales son frecuentes en Cuba y en esos casos las víctimas carecen de recurso jurídico.
Desde que Raúl Castro asumió el mando supremo en Cuba, el 31 de julio de 2016, Archivo Cuba ha documentado 264 muertes y desapariciones atribuidas al Estado cubano. Tristemente, esta cifra es muy inferior al número real de casos. En este conteo no figuran las víctimas de intentos de salida del país, que se calculan en varios centenares.
Asimismo, se sabe que hay numerosas muertes en las prisiones cubanas, en particular de hombres jóvenes, pero casi no se dispone de información al respecto, ya que las autoridades niegan el acceso a los organismos internacionales de supervisión, tales como la Cruz Roja, y en la isla no se realizan esfuerzos sistemáticos para compilar esa información de manera independiente.
Con información de: Martínoticias