El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el martes que todavía queda mucho camino por recorrer para lograr un acuerdo comercial con China, pero que su Gobierno aún puede imponer sanciones a productos de la nación asiática valorados en 325.000 millones de dólares.
El Político
En declaraciones en una reunión con su Gabinete en la Casa Blanca, Trump dijo que China debería estar comprando productos agrícolas estadounidenses y que su Gobierno está observando de cerca las adquisiciones de Pekín.
El crecimiento de la economía china en el segundo trimestre del año se moderó al 6,2%, dos décimas por debajo del 6,4% de los tres primeros meses de 2019, lo que representa el menor ritmo de expansión del gigante asiático desde el primer trimestre de 1992, según ha informado hoy la Oficina Nacional de Estadística de China.
El presidente de EEUU no ha dudado en resaltar el dato y compartirlo con sus 62 millones de seguidores en Twitter y vincularlo a la estrategia comercial que mantiene con China.
"Los aranceles de los Estados Unidos están teniendo un efecto importante en las empresas que abandonan China, miles de empresas se van", ha indicado. Y ha añadido que "esta es la razón por la que China quiere hacer un trato con los EEUU y hubiera deseado no haber roto el acuerdo original".
Trump no se ha cortado en celebrar el mal dato económico de China. "Mientras tanto, estamos recibiendo miles de millones de dólares en aranceles de China y posiblemente vengan más. ¡Estos aranceles son pagados por China, no por el contribuyente estadounidense!", ha apuntado.
Las declaraciones se producen en mitad de una nueva tregua entre ambos países, tras el encuentro entre el presidente de China, Xi Jinping, y el presidente de EEUU, Donald Trump, a final del mes pasado en la cumbre del G20. Ambos países acordaron no seguir elevando aranceles.
La última ronda se produjo en septiembre del año pasado con EEUU gravando a 200.000 millones de productos chinos y China haciendo lo propio a 60.000 millones de productos estadounidenses. Las hostilidades entre los dos países comenzaron en enero del año pasado, tras varios meses de amenazas de Trump, con un aumento en las tasas a importaciones de placas solares y lavadoras. China es el principal productor del mundo de paneles fotovoltaicos.
Pese a que Trump se atribuye el frenazó de la economía china, lo cierto es que el gigante asiático lleva una sensible desaceleración de su economía desde 2010, cuando PIB crecía por encima del 10%. Desde entonces las autoridades chinas llevan combatiendo los fuertes desequilibrios económicos del país y su acentuada ralentización con reformas y miles de millones de estímulos económicos.
Fuente: El Economista