Conforme a las estimaciones de un economista experto, ya es el momento de que las élites latinoamericanas hagan las erogaciones necesarias para contribuir a construir un estado del bienestar que amortigüe las crisis económicas y redistribuya la riqueza, al menos lo suficiente para erradicar la pobreza más extrema.
El Político
En su sitio informativo digital, la agencia noticiosa alemana DW recoge las opiniones de Domingo Carbajo Vasco, experto en Derecho Tributario y autor, entre otros, del libro “Medidas fiscales ante el COVID-19”, en el marco de crisis sanitaria ocasionada por el Covid-19. Entre ellos las de
Conforme al trabajo periodístico, antes la aparición de la pandemia, los países latinoamericanos necesitaban una reforma fiscal. La crisis del Covid-19 la hace más acuciante, pero también más complicada de llevar a cabo. Carbajo comenta: "Los sistemas fiscales latinoamericanos tienen problemas crónicos desde hace muchos año. La pandemia ha vuelto a poner simplemente el dedo en la llaga sobre problemas estructurales previos, los ha agudizado y, además, ha acelerado los procesos".
A su modo de ver, las élites y los grupos de poder iberoamericanos se niegan a hacer una reforma tributaria porque nunca han pagado impuestos. Este inspector de Hacienda, quien durante quince años ha trabajado en la Delegación Central de Grandes Contribuyentes de la Agencia Tributaria española, hace referencia a un informe del Instituto de Estudios Fiscales (IEF) titulado “Los Sistemas Tributarios en América Latina”. Y que tiempo atrás ponía cifras a la queja del experto español. Según las mismas, miles de manifestantes latinoamericanos, los más acaudalados pagan entre el uno y el tres por ciento de sus ingresos brutos. Mientras que, en otros, el porcentaje sube hasta el 10 por ciento.
Élites latinoamericanas, corrupción e injerencias políticas
Carbajo asegura que en Estados Unidos la contribución de los más ricos es del 14,2 por ciento. Y que en algunas naciones europeas excede el 20 por ciento. Precisa: "Nadie está dispuesto a pagar impuestos para que vaya a los bolsillos de los políticos o de altos funcionarios".
En la visión del economista la reforma fiscal tiene que empezar por una remodelación de las administraciones tributarias que erradique la corrupción y elimine las injerencias políticas. Y, para que sea admitida por la gente, debe venir precedida por un acuerdo social y político amplio. Y que el mismo avale una reforma fiscal que, al final, supone una reforma del estado y de su papel en la sociedad.
Due acuerdo con el análisis informativo de DW, el diagnóstico que hace Carbajo no es nuevo. Los expertos y las instituciones internacionales, como recientemente la Cepal en su Panorama Social de América Latina 2020, llevan años advirtiendo de la necesidad de una reforma fiscal en Latinoamérica.
Grandes diferencias entre naciones
"No existen recetas universales aplicables a todos los países", concluía el informe del Instituto de Estudios Fiscales (IEF). Pero, si bien no hay una receta única, lo que sí que hay es algunos ingredientes en los que coinciden todos los expertos.
La publicación agrega que las economías de Latinoamérica presentan grandes diferencias de un país a otro. Pero los expertos constatan dos características comunes: las enormes desigualdades sociales y la tremenda volatilidad de todos los indicadores macroeconómicos. En la región, las vacas flacas no esperan siete años para aparecer.
E igual de erráticos que los resultados económicos, son los ingresos fiscales. Estos representan un porcentaje pequeño del Producto Interior Bruto en comparación con los de los países más desarrollados, concluye.
Fuente: DW