Trabajar por la convivencia social y pacífica es la tarea que exitosamente realiza la Policía Nacional. Un estudio de opinión de Latinobarómetro señala que mientras se va incrementando la percepción de inseguridad en Latinoamérica, en Ecuador, sin embargo, esta se va reduciendo, pasando de 55 puntos en 2010 a 42 puntos en 2015.
En efecto, hoy en día los ecuatorianos confían más en el trabajo de la Policía y es posible disfrutar de un paseo con la familia sin la preocupación constante de ser víctimas de la delincuencia. Esta percepción de la ciudadanía se refleja en el informe 2016, elaborado por Latinobarómetro, el cual indica que Ecuador tiene la tasa más baja (29%) en cuanto a ciudadanos que reportan “haber sido víctimas de algún delito en el último año”, reseña El Telégrafo.
Para valorar los logros de hoy es necesario recordar que la Policía Nacional pasó por un período sombrío en el gobierno de León Febres- Cordero, donde se cometieron crímenes de lesa humanidad por parte del Servicio de Investigación Criminal (SIC-10), una unidad policial clandestina creada para combatir ilegalmente la subversión en contra del Gobierno.
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Vulneró los derechos humanos de muchos ciudadanos y dejó en el resto una sensación de resignación ante lo que se consideraba normal. Por tanto, a raíz de aquellos acontecimientos, la Constitución de 2008 declaró a la Policía Nacional como una institución “estatal, obediente y no deliberante, de carácter civil, armada, técnica, jerarquizada, disciplinada, profesional y altamente especializada” con la misión de “atender la seguridad ciudadana y el orden público, y proteger el libre ejercicio de los derechos y la seguridad de las personas dentro del territorio nacional”.
Para dar cumplimiento con la responsabilidad asignada, esta institución cuenta con valores, como la tolerancia, la coherencia, la credibilidad y la perseverancia como pilares fundamentales en el desempeño profesional de sus miembros.
De esta manera, los servidores policiales pueden enfrentar los dilemas éticos que surgen en su trabajo diario y garantizar la seguridad ciudadana.
En este aspecto, la Policía Nacional contribuye en la construcción de la sociedad del Buen Vivir, con respecto a la dimensión que hace referencia a vivir en armonía con los demás.
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