Las contiendas electorales suelen tener nombre y apellido, por ejemplo, “Trump vs Biden”. En Florida, por ejemplo, “Debbie Murcasel-Powell vs Carlos Giménez” y así sucesivamente. En un momento de polarización, el voto partidista se incrementa.
Eso se debe a que la gente recuerda y expresa mejor sus preferencias a través de los candidatos, pero terminamos olvidando una realidad muy poderosa y subestimada: la mayoría del electorado elige a sus representantes por los “tópicos” de la vida diaria que le afectan.
Por eso, el carácter autoritario y pendenciero de Trump, o la lentitud y la senilidad de Biden no son obstáculos para muchos electores que fijan la vista en variables más cercanas a su vida.
Un estudio nacional del Pew Research Center preguntó cuáles son los temas que más le importan al ciudadano a la hora de votar. ¿El primero? Tanto pro-Trump como pro-Biden señalan “la economía”. Y no debe extrañar que en un año de pandemia ésta haya flaqueado por los cuatro costados.
El tópico ambiental, por ejemplo, es considerado prioritario solo por la mitad de los votantes. La gente en Pennsylvania muy probablemente evalúa el asunto del fracking desde la perspectiva económica, no ambiental. Y el covid-19 sin duda habrá hecho cambiar a miles sobre la eficiencia global del gobierno de Trump.
Igual el servicio de salud para algunos republicanos, que temerían perder Obamacare sin un plan republicano sobre la mesa. El punto es que muchas decisiones por una u otra opción vienen del bolsillo, del trabajo, de la situación personal o familiar en particular.
Éste es un recordatorio del carácter vital de una elección, más allá de los símbolos e ideologías. Uno u otro candidato nos pueden cambiar la vida, para bien o para mal.
FNN