El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció que planea fijar aranceles al acero y aluminio porque sus industrias "están muertas".
El Pais
El secretario (ministro) mexicano de Economía, Ildefonso Guajardo, remarcó este lunes vía Twitter -la forma de comunicación preferida por Donald Trump- que su país "no debe ser incluido en los aranceles" sobre el acero y el aluminio anunciados la semana pasada por el presidente estadounidense. "
Es la manera equivocada de incentivar la creación de un TLC [Tratado de Libre Comercio de América del Norte] moderno", agregó Guajardo en un escueto mensaje publicado en inglés y en español poco después de que Trump dejase caer que las nuevas tarifas arancelarias "solo se quitarán si se firma un nuevo y justo TLC".
El habitual juego de amenazas y promesas de concesiones de Trump entra ahora en el terreno comercial. El presidente estadounidense vinculó este lunes la imposición de aranceles al acero y aluminio con el proceso de negociación del TLC.
México no debe ser incluido en los aranceles de acero y aluminio. Es la manera equivocada de incentivar la creación de un #TLCAN moderno.
— Ildefonso Guajardo (@ildefonsogv) March 5, 2018
“Tenemos grandes déficits comerciales con México y Canadá. El TLC, que está ahora mismo bajo renegociación, ha sido un mal acuerdo para EE UU. Una recolocación masiva de compañías y empleos. Los aranceles al acero y al aluminio solo se quitarán si se firma un acuerdo del TLC nuevo y justo”, escribió Trump en Twitter.
We have large trade deficits with Mexico and Canada. NAFTA, which is under renegotiation right now, has been a bad deal for U.S.A. Massive relocation of companies & jobs. Tariffs on Steel and Aluminum will only come off if new & fair NAFTA agreement is signed. Also, Canada must..
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) March 5, 2018
Y luego continuó con un mensaje de exigencias a sus dos vecinos: “Canadá debe tratar mucho mejor a nuestros granjeros. Es altamente restrictivo. México debe hacer mucho más en frenar la entrada masiva de drogas a EE UU. No han hecho lo que debe hacerse. Millones de personas adictas y muriendo”.
El cruce de declaraciones entre EE UU y México es un paso más en la escalada verbal desde que el presidente republicano anunciase la semana pasada la creación de un arancel específico para frenar la entrada de acero (del 25%) y aluminio (del 10%) extranjero en su país.
Catorce países de la UE expulsaron a diplomáticos rusos por caso de envenenamiento a un exespía https://t.co/kd2hNxLmvw #ElPolitico pic.twitter.com/00tuuxqw3L
— El Político (@elpoliticonews) March 26, 2018
La amenaza arancelaria de EE UU le enfrenta a algunos de sus mayores socios comerciales. La Unión Europea ha amenazado con adoptar represalias contra los aranceles estadounidenses, a lo que Trump replicó alardeando de posibles castigos a los fabricantes automovilísticos europeos.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, respondió taxativamente desde un primer momento -al calificar los nuevos aranceles de "absolutamente inaceptables" y asegurar que causarán daños significativos a ambos lados de la frontera-, en parte por la importancia de los intereses en juego: Canadá es el primer exportador de acero a EE UU.
México, en cambio, optó inicialmente por el perfil bajo. La irritación que admitían en privado los funcionarios mexicanos contrastaba con la ausencia de una respuesta pública sólida en un intento de no echar más leña a un fuego que, con Trump de por medio, arde solo. Hasta hoy, en pleno cierre de la séptima ronda de conversaciones para actualizar el TLC.
Los aranceles sobre el acero y el aluminio, como cualquier otra barrera comercial, harían daño al comercio entre el país latinoamericano y EE UU, especialmente a la industria automotriz -la más importante en los intercambios bilaterales-.
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