La Administración del presidente estadounidense Jimmy Carter encubrió la prueba nuclear realizada por Israel en las Islas del Príncipe Eduardo, situadas entre Sudáfrica y la Antártida, el 22 de septiembre de 1979.
El Político
El doble destello de la explosión de la bomba de hidrógeno fue detectado por un satélite estadounidense, pero Washington descartó entonces oficialmente que se tratara de un ensayo nuclear.
El objetivo era evitar perjudicar el reciente acuerdo de paz entre Israel y Egipto y también las opciones de reelección en las inminentes elecciones presidenciales estadounidenses, según un informe de la revista Foreign Policy.
Coincidiendo con el 40º aniversario del conocido como Incidente Vela, la revista ha reunido a científicos, académicos, antiguos cargos del Gobierno y expertos nucleares para analizar los documentos y datos desclasificados. Entre ellos está el diario de Carter, en el que señala que "hay indicios de una explosión nuclear en la región de Sudáfrica: puede ser Sudáfrica, Israel utilizando un barco o nada".
De haber reconocido que era un ensayo israelí, la Ley de Control de Exportación de Armas hubiera obligado a Carter a imponer sanciones automáticas al tratarse de un país no autorizado por el Tratado de No Porliferación Nuclear.
La postura oficial de Washington fue refrendada por una comisión con ocho científicos para examinar los datos que en mayo de 1980 informó de que "nuestra conclusión colectiva es que la señal del 22 de septiembre probablemente no se debió a una explosión nuclear".
Sin embargo, Carter sabía la verdad y en su diario escribió el 27 de febrero de 1980 que "nuestros científicos tienen cada vez mayor certeza de que los israelíes realizaron un ensayo nuclear en el océano cerca del extremo sur de África".
"La Administración Carter tenía tanto miedo a aplicar el Tratado de Prohibición Parcial de Ensayos contra Israel que hizo lo que pudo para borrar u ocultar las pruebas de la detección de este ensayo", señala Foreign Policy.
El arsenal nuclear israelí fue todo un misterio hasta que el científico Mordejái Vanunu reveló sus detalles en una entrevista publicada por el periódico británico The Sunday Times en 1986.
Fuente: Clarin