La agencia de noticias Reuters confirmó el pasado miércoles que el presidente estadounidense Donald Trump aprobó el envío de unidades militares al sur del mar Caribe, con la finalidad de boicotear el tráfico de cocaína desde países como Colombia o Venezuela.
Entre tales unidades se encuentran varios aviones de patrulla marítima multimisión P-8A Poseidon de la marca Boeing, los cuales están especializados en la guerra antisubmarina, la guerra antisuperficie, labores de inteligencia, vigilancia y reconocimiento, así como búsqueda y rescate.
En concreto, se trata de una variante del P-8 Poseidon que ha sido usado por la Armada de EEUU, que ya cuenta con 125 modelos de este tipo.
Según el Departamento de Defensa norteamericano, el avión P-8A Poseidon reemplazó a su «hermano mayor», el Orión P-3, para «añadir más potencia» a sus capacidades.
La guerra antisubmarina (ASW, por sus siglas en inglés) es una rama de la guerra naval destinada a encontrar y dañar o destruir submarinos enemigos. En este caso, narcosubmarinos clandestinos que incluso coquetean con la posibilidad de ser teledirigidos a través de antenas de recepción de internet como las del servicio Starlink.
Por su parte, la guerra antisuperficie (ASUW, por sus siglas en inglés) es un tipo de guerra naval dirigida contra los buques de superficie. En tales misiones, el avión P-8A Poseidon es capaz de apoyar en la localización y desmantelamiento de botes, lanchas y cualquier embarcación usada por narcotraficantes en aguas abiertas.
De acuerdo con las especificaciones ofrecidas por Boeing en su página web, «el P-8 puede volar hasta 41.000 pies (casi 12,5 kilómetros de altura) con una velocidad máxima de 490 nudos».
Además, está equipado con un sistema de reabastecimiento de combustible en vuelo que le permite «realizar patrullas prolongadas sobre vastas extensiones de agua, beneficiando tanto a las operaciones militares como humanitarias».
Por si fuera poco, «el P-8 combina el sistema de armas más avanzado de su tipo y un sistema de misión de vanguardia que garantiza la máxima interoperabilidad en el espacio de batalla».