La secretaria del Tesoro de EEUU, Janet Yellen, celebró este sábado como acuerdo «sin precedentes» el alcanzado en el G7 para una reforma fiscal global, ya que da un «impulso tremendo» al objetivo de alcanzar un impuesto mínimo de sociedades del 15%.
El Político
El pacto, anunciado por el ministro británico de Economía, Rishi Sunak, se produjo en la reunión de las economías más desarrolladas del mundo que tiene lugar en Londres.
Yellen destacó en un comunicado que el «compromiso relevante y sin precedentes» alcanzado por los ministros del G7 «ofrece un impulso tremendo para alcanzar un impuesto mínimo global robusto de al menos el 15 %», reportó EFE.
EEUU busca un impuesto similar
El gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, había sido uno de los principales defensores de la propuesta.
A juicio de Yellen, esta tasa mínima global «pondrá fin a la carrera hacia las rebajas» en los impuestos sobre las rentas de las multinacionales; y asegura un trato «justo» para la clase media y los trabajadores en EEUU y todo el mundo.
Asimismo, la secretaria del Tesoro estadounidense indicó que la medida ayudaría «a impulsar la economía, al ofrecer; un terreno de juego equilibrado para los negocios y animar a los países a competir sobre bases positivas, como la educación, la formación de la fuerza laboral y la inversión en investigación, desarrollo en infraestructura«.
El G7 está compuesto por Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia, Canadá, Italia y Japón.
Impuesto del 15%
El pacto para establecer un impuesto mínimo de sociedades ya es una realidad.
Los ministros de Economía y Finanzas del G7 (Reino Unido, Alemania, EE UU, Francia, Canadá, Italia y Japón) han llegado este sábado en Londres; a un acuerdo histórico sobre la reforma del sistema fiscal, de forma que se establezca un impuesto de sociedades mínimo global del 15% para evitar que las grandes empresas sorteen el pago de tributos.
Además, los países más ricos han pactado que aquellas compañías que obtengan unos márgenes de beneficios superiores al 10%; paguen al menos un 20% de los impuestos sobre sus beneficios globales allí donde operen y no donde tengan su sede.