La zona más golpeada del mundo tras la pandemia del Covid 19 es américa latina, y además la que luce con menores mecanismos para su recuperación, ya que virus nocivos que atacaron a África le permitieron conformar una estructura jurídica, financiera y de salud con la cual no cuentan los países del sur del continente americano.
El Político
Según el FMI los efectos tendrán larga duración: la región no recuperará hasta 2025 los ingresos reales per cápita previos a la crisis.
Los países latinoamericanos están sufriendo a causa la crisis sanitaria y económica del coronavirus como ninguna otra región del mundo. Con el 8,2% de la población mundial, tienen el 28% de los casos positivos globales por Covid-19 (y eso que no se realizan tantas pruebas generalizadas a la población como en los países más desarrollados), y han padecido el 34% de las muertes debidas a la pandemia.
Así lo ha destacado con alarma el Fondo Monetario Internacional (FMI); y según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la economía latinoamericana tendrá este año un retroceso de entre un 8,1% y un 9,1%, cifra mayor que el de ninguna otra región del mundo y el doble del que experimentarán otras zonas emergentes y en desarrollo del planeta.
Saldrán tarde de la crisis
Desde marzo, cuando la pandemia apenas había hecho acto de presencia en el continente americano, se alertó que los países de América Latina, que eran los últimos a los cuales le llegó el virus, serían los que más tarde saldrían de la crisis.
Esos datos incipientes que entonces se estaban teniendo permitían un mes después vislumbrar una perspectiva realmente pesimista: la región se enfrenta a una segunda década perdida, como la que sufrieron en una de sus crisis históricas más graves, padecida en los años 80 del siglo pasado.
Y en esa perspectiva insisten ahora los últimos informes publicados por el FMI y la Cepal de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Destrucción del empleo
El FMI destaca que el Producto Interior Bruto (PIB) latinoamericano caerá este año un 8,1%, por encima de lo estimado para otras regiones del mundo. Este organismo internacional prevé una caída del 7% para el conjunto de Europa; del 2,2% para Asia; del 3% para África subsahariana y del 4,1% para Oriente Medio y Asia Central.
El descenso en Latinoamérica será el doble del que experimentarán otras zonas emergentes y en desarrollo del planeta. Cierto que los países ricos de Europa Occidental tendrán una caída media comparable (8,1%), pero en 2021 crecerán más que el 3,6% de promedio estimado para Latinoamérica.
Algunas naciones de la región presentan unas cifras especialmente graves para 2020, entre ellas Perú (-13,9%), Argentina (-11,8%), Ecuador (-11%) y México (-9%), dejando aparte el caso especial de Venezuela, que empalma varios años de retroceso de su PIB (en 2019 cayó un 35% y este año lo hará en un 25%).
El FMI alerta de que, a diferencia de lo ocurrido en otras recesiones, la contracción del empleo ha sido en la región mayor que la contracción del PIB: alrededor del 20% de media en los cinco mayores países (en el caso de Perú ha llegado al 40%).
Las razones de esta destrucción de la ocupación están en que, además de la gran informalidad del mercado laboral, el 45% de los puestos de trabajo en Latinoamérica son de contacto físico próximo (frente al 30% en los países emergentes) y solo el 20% de los empleos pueden ser realizados remotamente (frente al 40% en las economías avanzadas).
El colapso del turismo
A todo este panorama se suman las dinámicas económicas propias de una región fuertemente dependiente del comercio de materias primas, sobre todo Sudamérica (la menor actividad inicial de China y luego la de Europa y Estados Unidos de América redujo el comercio; el bajo precio del petróleo, por su parte, ha afectado a los productores de hidrocarburos).
Además, las turbulencias financieras internacionales han restringido la inversión extranjera y el colapso de los largos desplazamientos ha perjudicado enormemente el turismo, que es básico para la supervivencia del Caribe.
El FMI concluye que el PIB de la mayor parte de los países latinoamericanos no volverá a los niveles previos a la crisis hasta 2023 y que los ingresos reales per cápita no se recuperarán hasta 2025, diez años después de que la economía de la región comenzara a ir mal por el desplome del precio de las materias primas, lo que terminó con la «década de oro» vivida hasta entonces.
Aumento de la pobreza
Un panorama similarmente sombrío es el dibujado por la Cepal, que sitúa su previsión de reducción del PIB latinoamericano para 2020 en el 9,1%. Eso llevará a la región a su peor contracción de la actividad económica desde que se iniciaron los registros en 1900, aumentando de modo «significativo» la tasa de pobreza, que alcanzará un 37,3%, y situando el desempleo en el 13,5%.
«Todo ello parece indicar que la dinámica de recuperación será lenta y los costos económicos y sociales de esta crisis podrían seguir aumentando a lo largo de 2020 y 2021. De hecho, se espera que en 2020 el nivel del PIB per cápita de la región sea equivalente al de 2010, y el de pobreza, al de 2006, lo que supondría un decenio perdido en términos económicos, y casi un decenio y medio en términos sociales», señala la Cepal
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