Los diputados somalíes elegirán al presidente del país el próximo 8 de febrero, una decisión que debían haber tomado en agosto del pasado año y que ya ha sido pospuesta en cinco ocasiones.
La Comisión Electoral anunció la nueva fecha en un comunicado hecho público horas después de que el grupo terrorista Al Shabab asaltara ayer un céntrico hotel de Mogadiscio, la capital, y matara a al menos 22 personas.
Después de los comicios legislativos, 275 diputados deben designar al presidente del país por sufragio indirecto, una votación prevista inicialmente para agosto de 2016, pero que se ha pospuesto sucesivamente a septiembre, noviembre, diciembre, enero y, ahora, febrero.
En todas las ocasiones, el motivo del aplazamiento ha sido una demora en el proceso de las elecciones legislativas, marcado, según la Unión Europea, por "la corrupción, la intimidación y la manipulación".
Las de Somalia no son unas elecciones convencionales, ya que el Parlamento, en lugar de por sufragio universal, ha sido elegido por 14.025 delegados de diferentes clanes y desiguales cuotas de poder sobre la Cámara en un proceso que se ha alargado durante meses.
A pesar de todo se trata del proceso más democrático que ha celebrado el país en los últimos 47 años.
Uno de los principales obstáculos de estos comicios han sido las continuas disputas entre clanes, debido a que la fórmula electoral actual otorga mayor representatividad a los grupos más poderosos.
Otro de los grandes desafíos es la inseguridad que reina en muchas partes de Somalia por el conflicto con el grupo yihadista Al Shabab, filial de Al Qaeda en Somalia, que ayer volvió a demostrar que sigue teniendo capacidad para lanzar ataques a gran escala en el país, donde en los últimos meses ha intensificado su actividad.
A primera hora de ayer, un comando de Al Shabab mató a más de 20 personas tras detonar dos bombas frente al hotel Dayah de Mogadiscio, donde accedió disparando contra el personal del hotel y los huéspedes, en su mayoría políticos del país.
Somalia vive en estado de guerra y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, lo que dejó al país sin un Gobierno efectivo y en manos de milicias radicales islámicas, "señores de la guerra" y bandas de delincuentes armados.
Con información de EFE