Las crisis en Venezuela y Nicaragua, pese a no ser parte del temario central, terminaron convertidas este lunes en el eje de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) que se instaló en Washington.
El Político
Las discusiones internas giraron alrededor de un proyecto de resolución, apoyado por Colombia, en el cual desconoce el resultado de las "elecciones" presidenciales en Venezuela, además de la activación del proceso previsto en la Carta Democrática para suspender este país en el ente hemisférico.
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Por su parte, el canciller venezolano, Jorge Arreaza acusó al gobierno de Estados Unidos de tratar de impulsar medidas en contra de Venezuela que violan la carta de la Organización de estados Americanos (OEA) y de buscar ejercer un bloqueo sobre el país.
“Las transacciones de Venezuela en cualquier ámbito son rechazadas en la banca no sólo en EEUU, sino en Europa y América Latina y perjudican al pueblo venezolano”, indicó Arreaza.
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Lo que ocurrió este 4 de junio en la Asamblea General de la OEA quedará en el recuerdo por el triste papel de un aprendiz de canciller Arreaza, y por la diplomática e impecable confrontación que le hizo el canciller chileno Roberto Ampuero, quien lo comparó con “una pared con la que no se puede dialogar”.
Ampuero lo señaló como parte de los responsables de llevar a Venezuela a un “callejón sin salida”, y remató dejando al aire la reflexión: “¿Si así nos trata a nosotros, ¿cómo tratará a su pueblo?”.
Con información El Nacional