El pasado martes 5 de Marzo, inversores, banqueros, analistas y medios de comunicación especializados en economía y política observaban de cerca la reunión anual del Congreso Nacional Popular de China, donde el parlamento del país establece las prioridades económicas a partir del presente año 2024. Se anunció un objetivo de crecimiento del Producto Bruto Interno (PIB) de "alrededor del 5%" (con un Indice de Precios al Consumidor de alrededor del 3%), así como una tasa de desempleo del 5,5%, ya que el país pretende crear más de 12 millones de nuevos empleos urbanos.
Si bien el audaz objetivo de crecimiento se mantuvo en el mismo nivel en 2023, esta vez hay obstáculos adicionales a considerar, incluidas las preocupaciones sobre la demanda interna y la deflación, una crisis inmobiliaria, desafíos demográficos y una caída del mercado de valores.
"No es fácil para nosotros alcanzar estos objetivos", dijo el primer ministro Li Qiang ante los casi 3.000 delegados en el Gran Palacio del Pueblo en Beijing. "Necesitamos apoyo político y esfuerzos conjuntos desde todos los frentes".
Entonces, ¿cómo planea la segunda economía más grande del mundo hacer que esto suceda, especialmente con comparaciones de números base más altos? Si bien este año se canceló la tradicional conferencia de prensa del primer ministro, hubo referencias a políticas que apoyan la natalidad, estabilizan los proyectos de vivienda y aprovechan las "nuevas fuerzas productivas" para la capacidad industrial.
Más importante aún, China levantará todas las restricciones a la inversión extranjera en el sector manufacturero y "unirá su fuerza científica estratégica y recursos de innovación no gubernamentales para lograr avances en tecnologías centrales en campos clave". Contrariamente a algunas expectativas, no se reveló ninguna medida de estímulo en la reunión, pero un informe de trabajo del gobierno reveló planes para emitir 1 billón de yuanes (139 mil millones de dólares) en bonos especiales ultralargos para proyectos importantes no incluidos en el presupuesto.
Se mencionaron algunas industrias específicas para la innovación, incluidos los "automóviles de nueva energía" y los "materiales nuevos", y señaló planes de desarrollo para la computación cuántica, los grandes datos y la inteligencia artificial. Es parte de una campaña de autosuficiencia en la que el gobierno central gastó 3,3 billones de yuanes (417.000 millones de dólares) en investigación el año pasado, o alrededor del 2,6% del PIB total.
Estados Unidos ha estado jugando un juego similar con la Ley CHIPS y Ciencia y la Ley de Reducción de la Inflación, que inyectaron cientos de miles de millones de dólares en industrias clave en nombre de la seguridad nacional y la ventaja competitiva, además de restringir los chips de alta tecnología a China e imponer serios controles a las exportaciones.
China set its growth target for the year at around 5% and said hitting it won’t be easy. The goal was revealed at the annual meeting of the National People's Congress, China's parliament https://t.co/Zdh6Bz0mof pic.twitter.com/M9F7nsf4hJ
— Reuters (@Reuters) March 5, 2024
Pero hay un sector al que el presidente de la República Popular China ha asignado una tarea fundamental que mezcla negocios y tradiciones. Los banqueros del gigante asiático se enfrentan a nuevas órdenes: desarrollar una "cultura financiera con características chinas".
Esta campaña ideológica enfatiza una autodisciplina férrea y una estricta regulación externa para que las instituciones financieras sirvan a la causa del ¨desarrollo de alta calidad¨.
Esta breve frase describe un impulso que Xi Jinping, el líder supremo, destinado a convertir a China en una superpotencia industrial de alta tecnología y bajas emisiones de carbono. En el camino hacia el logro de este objetivo, Xi ha dejado claro que los planificadores centrales y las empresas estatales desempeñarán un papel de liderazgo.
Se podría entender a los inversores extranjeros por preocuparse porque todo el país esté dando un giro brusco a la izquierda, como si sus colegas chinos se presentaran a su próxima reunión vestidos con trajes de Mao.
Pero el líder de China está mirando aún más atrás para inspirar el desarrollo de su país hoy.
SOBRE EL AUTOR
José Daniel Salinardi. Contador Público Nacional (Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires). Consultor económico, productor general de Poder & Dinero.