A pocas horas de dar inicio a una de las jornadas electorales más históricas en Argentina, el mandatario del kirchnerismo deja en evidencia el fracaso en todos los frentes de acción que trazó en agosto del año pasado, llegando a las urnas, este próximo domingo 22 de octubre, sin nada que demuestre su "buena gestión" ante la sociedad argentina.
El Político
Sergio Tomás Massa, ministro de economía de Argentina, durante los primeros meses al mando, arribó al ministerio de Economía con la promesa de un proyecto que salvaguardaría lo poco que quedaba del decadente Gobierno del presidente socialista, Alberto Fernández, fijando como principales objetivos el orden fiscal, sostenimiento del nivel de actividad, y baja de la inflación.
Sin mucho que esperar de un candidato que no expresó ni una sola propuesta para estabilizar la inflación a partir del 10 de diciembre, el mismo quien, como ministro de economía, no pudo mostrar ni un solo logro en más de un año de gestión, pues era de predecir que fracasara en todos los frentes que prometió, aquel agosto de 2022, al mismo tiempo.
El kirchnerismo, aparentemente, decidió muy mal, al ir con el propio Massa de candidato y arriesgándose a llegar urnas con un fuerte sentimiento derrotista. Actualmente se encuentran en medio de una nueva corrida cambiaria y en medio del alza inflacionaria más brutal de los últimos 32 años en el país latinoamericano.
Recesión económica
Todos los indicadores de la economía real muestran una fuerte reversión, especialmente desde agosto del año pasado. El índice de actividad EMAE que publica el INDEC acumuló un derrumbe del 1,9% entre agosto de 2022 y julio de 2023, y con la devaluación del mes de agosto este proceso no hizo más que profundizarse. La actividad sufrió una caída del 1,3% interanual en comparación con respecto a julio del año pasado, según informa el medio argentino, Diario de Derecha.
Por otra parte, el área producción de la industria manufacturera decayó de manera abrupta dejando como resultado hasta un 3,4% menos, desde agosto del año pasado.
La actividad fabril, a su vez, se encuentra asfixiada por la falta de insumos importados, debido al arsenal de licencias y restricciones que estableció el sistema SIRA creado por el mismo ministro Massa.
Inflación y dólar fuera de control
De acuerdo a la información estadística del INDEC, la tasa de inflación de precios minoristas escaló al 138% interanual en septiembre. Los precios subieron un 12,4% en agosto, y hasta un 12,7% en el mes siguiente pese a todos los congelamientos del Gobierno. La devaluación de agosto desató un nuevo régimen inflacionario con un piso más elevado que en la primera mitad del año, y el equipo de Massa se mostró incapaz de poder contenerlo.
Por su parte, la inflación en el mercado mayorista llegó a superar el 140% interanual en septiembre, y en el mes de agosto estos precios repuntaron casi un 20% por efecto directo del salto del tipo de cambio (lo que es equivalente a la liberación de inflación reprimida).
La inflación se encuentra en el nivel más extremo desde agosto de 1991, y por la expectativa de devaluación para el último bimestre de 2023, el país se encuentra en la antesala de la tercera hiperinflación de la historia argentina.
La corrida cambiaria se sigue profundizando. El tipo de cambio en el mercado paralelo cerró el viernes a $1.200, mientras que la brecha con respecto al dólar oficial se acerca al 200%. La presión devaluatoria implícita en esta brecha es lisa y llanamente insostenible. El Gobierno respondió endureciendo los controles e interviniendo las cuevas en el microcentro porteño, pero nada pudo detener la suba del dólar y el kirchnerismo entra en pánico por la derrota electoral que se le avecina, según informó el Diario de Derecha.
Caos y más caos
Como otro punto en contra, Massa es el ministro que llevó al país nuevamente a la pobreza, en niveles similares al año 2001. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) se confirma que el 40,1% de los argentinos fueron alcanzados por la pobreza en el primer semestre del año.
Además, se tiene la evidente disminución de los salarios, dejando los sueldos mas bajos de los últimos 20 años y jubilaciones "de hambre".
El salario real promedio que estima el INDEC acumuló una caída del 5,1% en lo que va de la presidencia de Alberto Fernández, todo esto sobre el piso (también muy bajo) que había dejado la fallida administración de Cambiemos. Y en lo que va de la gestión de Massa el poder adquisitivo real de los salarios se contrajo en un 1,5%, según informó el Diario de Derecha.