El periodismo paraguayo recuerda los 150 años de la fundación de "El Centinela", publicado para levantar la moral de la población durante la Guerra de la Triple Alianza (1865-1870) y dirigido por el boliviano Tristán Roca, luego fusilado por el mismo Gobierno que le puso al frente de ese medio impreso.
Nacido el 25 de abril de 1867, "El Centinela" fue el precursor de "Cabichuí", de "Cacique Lambare" y de "La Estrella", los otros tres periódicos de guerra que el Gobierno del presidente Francisco Solano López promovió para frenar desde la propaganda a la alianza enemiga formada por Brasil, Argentina y Uruguay.
De ellos, "El Centinela" fue el que ejerció más claramente de portavoz oficial del Gobierno, algo que se desprende de su primer número, con un panegírico a Francisco Solano López y en el que el medio se adjudica la misión de recorrer "con su marcial mirada las filas del enemigo".
El propio mariscal fue quien apostó por poner en la dirección de "El Centinela" a Roca, un periodista nacido en la ciudad de Santa Cruz en 1826 y al que había dado asilo político tras escapar del gobierno militar del boliviano Mariano Melgarejo.
Con Roca al timón, "El Centinela", editado en la Imprenta Nacional, en Asunción, destacó por unos grabados y viñetas de gran creatividad y unos textos que informaban desde las actividades del mariscal, noticias del frente y notas culturales como poemas y cuentos.
Ese carácter oficialista no estaba tan presente en "Cabichuí", auténtico periódico de trinchera nacido semanas después de "El Centinela" en Paso Pucú, departamento de Ñeembucú, donde Francisco Solano López estableció su cuartel general.
Chamorro explicó que no hay datos que relacionen directamente la ejecución de Roca con la desaparición de "El Centinela", pero lo cierto es que tras su muerte el medio ya no volvió a salir, dejando atrás unos 60 números.
"Cabichuí" dejó de existir también tras los Procesos de San Fernando, con una herencia de 95 números, y luego lo hizo "Cacique Lambaré".
Por último fenece "La Estrella", en julio de 1869, cuando apareció el último número, una muerte causada por el avance de las tropas brasileñas sobre Piribebuy.
Fue el final del periodismo de guerra de Francisco Solano López y también del propio mariscal, quien emprendió una huida que le llevó hasta Cerró Corá, donde falleció en 1870 en un lance con las tropas brasileñas.
Y fue también el fin de la mayor tragedia vivida por Paraguay, que en esa guerra perdió a cerca de la mitad de la población, quedando una relación de cuatro mujeres por cada hombre, según los cálculos más aceptados por los historiadores.
Fuente: EFE