El complicado Congreso de Perú será determinante en las elecciones y posterior gobierno de quien resulte vencedor. Un nuevo congreso y un nuevo ejecutivo se instalarán en julio próximo tras las elecciones para elegir a ambos poderes.
El Político
El 6 de junio se efectuará una segunda ronda entre Pedro Castillo y Keiko Fujimori. Ambos, resultaron vencedores en el proceso electoral celebrado el domingo 11 de abril.
Sin mayoría parlamentaria
Gane quien gane en la segunda vuelta no tendrá mayoría parlamentaria, igual que sus antecesores.
Esta, y otras circunstancias, indican que con el nuevo Congreso, que se instalará en teoría para un periodo de cinco años, será complicado y conflictivo.
Según el conteo de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), diez bancadas formarán el Parlamento, el mayor número de agrupaciones que entran al mismo tiempo al legislativo en los últimos 15 años.
El Complicado Congreso
"El Congreso va a estar muy fragmentado, como habíamos previsto", dice Milagros Campos, abogada y politóloga de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
"A mayor fragmentación, es posible que se den mayores problemas de gobernabilidad, tanto en la relación con el Ejecutivo como dentro del propio Congreso”, señala la analista política.
El gobierno necesitará alianzas duraderas
Aprobar temas que requieran mayorías calificadas se vuelve más complicado", advierte Campos.
"Con más bancadas va a ser más difícil que se pongan de acuerdo sobre soluciones complejas para problemas complejos, porque tendrían que conversar”.
Encontrar los temas en consenso
Agrega Milagros Campos que “Tal vez se pondrán de acuerdo para dar soluciones simples o populistas a problemas complejos y eso me da miedo”.
La sociedad civil organizada será clave para lograr estabilidad política, según advierten los analistas.
“Creo que la única forma de que haya reformas es que las empuje la ciudadanía", opina el abogado y politólogo Javier Albán, conductor del podcast Opción Pública.
Presidentes sin respaldo parlamentario
Cuando PPK ganó las elecciones en 2016, obtuvo 18 escaños, de un total de 130, en el Congreso. Un número, lejano a los 44 que necesitaba para protegerse en caso de destitución, medida que se aprueba con 87 votos.
Su sucesor, Martín Vizcarra, desestimó la importancia del Parlamento. No presentó ninguna lista a las elecciones parlamentarias que él mismo convocó en 2020.
Por lo tanto, Vizcarra carecía de una bancada que lo protegiera en un proceso de vacancia.
Respaldo a los candidatos
Según los resultados de la ONPE, Castillo contaría con 37 congresistas y Fujimori con 24. Mejor dicho, ninguno tiene asegurados los 44 votos para impedir cualquier intento de destitución.
"Para terminar su mandato y no ser destituidos necesitan tener una coalición de supervivencia de al menos 44 congresistas", explica Campos.
Para mantenerse los cinco años en el poder, el próximo presidente debe hacer alianzas duraderas
El complicado Congreso marca la pauta política
En los últimos cinco años, los enfrentamientos entre el Congreso y el Ejecutivo han marcado la política peruana.
Todo indica que cuando un nuevo gobierno se instale en julio, continuarán los enfrentamientos entre congreso y ejecutivo.
Ni Pedro Castillo ni Keiko Fujimori, los dos rivales por la presidencia en segunda vuelta, tendrán mayoría en el Congreso para tener una buena relación, según BBC
Un historial de disputas
La saga de disputas empezó con el Congreso y el Ejecutivo elegidos en 2016.
En este período, el parlamento presentó dos mociones de destitución contra el presidente de ese entonces, Pedro Pablo Kuczynski (PPK).
Así se forjó su renuncia en marzo de 2018, en medio de acusaciones de, supuestamente, haber recibido sobornos de la constructora brasileña Odebrecht.
Continúa el acoso
El sucesor de PPK, Martín Vizcarra, disolvió el Congreso en septiembre de 2019 y convocó a elecciones parlamentarias.
El nuevo Congreso elegido en enero de 2020 presentó dos mociones de destitución contra Vizcarra: rechazaron la primera y finalmente aprobaron la segunda.
Vizcarra salió del Gobierno, fue reemplazado por Manuel Merino y luego de duras protestas en las que murieron dos jóvenes, asumió Francisco Sagasti.
Intento de destitución
Uno de los últimos episodios de esta relación conflictiva entre el ejecutivo y el legislativo peruano ocurrió la semana pasada.
Un congresista presentó una moción de destitución contra el presidente Sagasti pero sus colegas parlamentarios rechazaron admitirla a debate.
Aunque al final el episodio no tuvo mayores consecuencias que unos minutos de incertidumbre.
Sin el Congreso será difícil gobernar
Además de la posible debilidad del Ejecutivo, otro factor podría facilitar que el Congreso recurra a medidas como la destitución.
El uso de la destitución "dependerá de las alianzas entre bancadas que se formen en el Congreso", afirma Albán.
"Si alguno de los dos candidatos logra armar alguna coalición que le asegure los 44 votos, tendrá gobernabilidad”.
Pero eso no está seguro ahora. Dependerá de la campaña de segunda vuelta, de a quién apoyen los otros partidos", añade Albán.
No hay reelección parlamentaria
En 2018, Vizcarra convocó a un referendo en el que quedó prohibida la reelección parlamentaria inmediata.
Es decir, a menos que la norma cambie, los congresistas elegidos en 2021 ya saben que no podrán reelegirse en 2026.
Si la destitución no ocurre, queda otra medida "extrema" en la relación Ejecutivo-Legislativo: que el presidente disuelva el Congreso.
Una cuestión de confianza
Según la Constitución peruana, el Ejecutivo puede disolverlo si éste le niega dos cuestiones de confianza a sus gabinetes ministeriales.
La cuestión de confianza es un mecanismo constitucional que el presidente puede aplicar en el Congreso si siente que su proyecto político está debilitado.
En otras palabras, el presidente pide un "voto de confianza" al Congreso en torno a un gabinete ministerial o a un proyecto de ley, por ejemplo.
Vizcarra disolvió el Congreso luego de que éste negara dos cuestiones de confianza desde 2016.
"El presidente podría presentar cuestiones de confianza por proyectos de ley polémicos y si no las aprueban, cierra el Congreso", explica Albán.
Ambos candidatos necesitan alianzas duraderas
"Mientras no se modifique la Constitución y se delimite mejor la cuestión de confianza, el Congreso queda expuesto a que el Ejecutivo lo disuelva”, agrega Albán.
Para Campos, "lo más saludable para Perú es que se formen alianzas que no sean coyunturales”.
Tanto Castillo como Fujimori deben trabajar en alianzas que sean profundas y no coyunyurales.“Alianzas que tengan algún compromiso de más largo aliento y que se busque quebrar el ciclo de disoluciones y destituciones".
Ese será un reto para Castillo o Fujimori y sus bancadas.
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