El Tribunal Constitucional de Austria ha avalado la expropiación de la casa natal del dictador nazi Adolf Hitler (1889-1945) en la localidad de Braunau, una decisión que fue recurrida por la dueña de la vivienda.
El Parlamento austríaco decidió el pasado 14 de diciembre por una amplia mayoría la expropiación del inmueble -efectiva desde enero de este año- para evitar que se convirtiera en lugar de peregrinación para neonazis, después de que la propietaria se negara a venderlo al Estado.
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"La expropiación de la casa natal de Adolf Hitler en Braunau (Alta Austria) por medio de una Ley era requerida por interés público, se hizo de forma proporcional y con una compensación, por lo tanto, no es inconstitucional", indica el fallo del alto tribunal.
Hitler nació en abril de 1889 en un caserón de tres plantas en el casco histórico de la localidad fronteriza con Alemania, y, aunque su familia apenas vivió allí unos meses, ese legado ha marcado la localidad austríaca de 16.000 habitantes.
Desde 1972 hasta finales de 2016 el Estado la alquilaba para evitar que pudiera convertirse en un lugar que -de alguna forma- ensalzara a Hitler y atrajera a neonazis y, finalmente, fue expropiada al negarse la dueña a vender el inmueble.
El edificio ha albergado en las últimas décadas una escuela, una filial bancaria, una biblioteca y, hasta 2011, una tienda-taller de una organización para discapacitados, que se mudó porque la propietaria se negaba a adaptar el edificio a sus necesidades.
Desde 2011 la casa se encuentra vacía y ahora será reformada y se espera que albergue a la misma organización para discapacitados que ya la usó en el pasado.
De esta forma se siguen las recomendaciones de una comisión de expertos que abogó por darle un uso social o caritativo, y descartó derribarla porque sería "negar la historia" o crear un museo, ya que eso llevaría a Braunau a una mayor "asociación con Hitler".
Su uso por parte de discapacitados sería además una reparación simbólica para un colectivo perseguido por los nazis.
El régimen nazi ejecutó a decenas de miles de discapacitados físicos y psíquicos, así como a enfermos crónicos, en un programa de eutanasia que justificó con el argumento de que tenían una vida que "no era digna de ser vivida".
El alcalde de Braunau, Johannes Waidbacher, indicó a Efe recientemente que ese uso sería "una afirmación de la vida y un homenaje a las víctimas del nazismo".
"Sería un símbolo claro contra los crímenes cometidos por Hitler", agregó.
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Pese a los esfuerzo de las autoridades para evitar que la localidad y los alrededores de la casa de Hitler se conviertan en un lugar de peregrinación de filonazis, la prensa austríaca informa en ocasiones sobre algunos incidentes.
En febrero pasado la policía detuvo a un doble de Hitler, disfrazado como el dictador, que se paseó por el pueblo y que se hizo unas fotos ante la vivienda.
La glorificación del nazismo es un delito penal en Austria.
EFE