México se posiciona por séptimo año consecutivo como la nación de América Latina donde se comete mayor número de homicidios de sacerdotes y otros integrantes de la Iglesia, según especificó en su reporte de 2016 el Centro Católico Multimedia (CCM), donde se ha denunciado la dura realidad que afrontan los integrantes de la congregación católica en ciertas regiones del país. De hecho, en lo que va de año ya se contabilizan 16 homicidios de eclesiásticos. La población mexicana, en definitiva, ha sido testigo de una grave secuencia de brutales asesinatos que han manchado de sangre a su institución. Las informaciones publicadas por el centro mencionado enfatizan que en México es altamente riesgoso ejercer el sacerdocio, por el constante asedio de grupos criminales.
María Silvia Espinoza/El Político
Esta situación ha venido agravándose desde 2012, año en que Enrique Peña Nieto asumió la presidencia del país. La CCM detalla que desde esta fecha hasta 2016 han sido registradas 9 agresiones contra integrantes de la Iglesia cada año. La realidad actual, al revisar la cifra que se ofrece del período presidencial del jefe de Estado anterior, Felipe Calderón, llega a alarmar en gran medida. Esto debido a que durante toda su gerencia como presidente se presentaron 6 agresiones a sacerdotes, lo que permite concluir que este tipo de crímenes ha aumentado 67% en la actual administración.
Los estados más vulnerados por la situación de violencia contra integrantes de la Iglesia son Guerrero, Veracruz, Distrito Federal, Chihuahua y Michoacán.
Homicidios recientes
El 26 de septiembre, la Fiscalía del estado de Michoacán informó que se habían encontrado en una carretera los restos del sacerdote José Alfredo López Guillén, de la de la arquidiócesis de Morelia, quien fue previamente secuestrado. Cuando las autoridades se aproximaron al cuerpo sin vida, notaron que este tenía impactos de bala. Ante este hecho, Silvano Aureoles, quien es gobernador del estado, declaró que el asesinado tenía días desaparecido de su parroquia, al igual que un joven que lo acompañaba.
Alberto Suárez Inda, arzobispo de Morelia, condenó mediante un vídeo de Youtube el crimen y manifestó que "no se justifica en ningún sentido esta barbaridad". Además, aseguró que el homicidio de López Guillén fue instantes después de que fue secuestrado de la parroquia y que los criminales lo despojaron de un carro y una camioneta. El arzobispo no mostró dudas de que la Procuraduría General de Justicia del estado esclarecería el asesinato.
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), por su parte, pidió a la “autoridad competente el esclarecimiento sobre la verdad del caso, y la aplicación de la justicia para con los responsables de estos crímenes inexcusables”, refiriéndose a atentados previos contra sacerdotes.
Ante especulaciones de distintos medios de comunicación de Michoacán, que indicaban que el sacerdote era pederasta por haber sido grabado mientras ingresaba a un hotel con un menor de edad, la CEM enfatizó que era incorrecto generar suposiciones sin que los resultados de las investigaciones fuesen definidos, comentario que fue apoyado por el arzobispo Inda.
La misma semana en que murió López Guillén, entre el 13 y 15 de septiembre, fueron encontrados los cadáveres de dos sacerdotes, José Alfredo Jiménez y Alejo Naborí, en el estado de Veracruz . Según informó la Fiscalía de este estado, una banda armada abordó la iglesia Nuestra Señora de Fátima y secuestró a los dos curas, además del conductor de los integrantes católicos. El conductor salió con vida de la situación y fue uno de los declarantes en las investigaciones posteriores.
La Fiscalía declaró que se había detenido a tres personas sospechosas del crimen y que “el fiscal investigador continuaba con la integración de la carpeta de investigación y en próximas horas (el sospechoso) sería consignado ante el juez de control”, manifestaron el 20 de septiembre. El Episcopado Mexicano indicó mediante un comunicado la profunda tristeza e indignación por la que atravesaban tras el suceso.
El secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Monseñor Alfonso Miranda, resaltó durante una entrevista su preocupación por los constantes crímenes y violencia en México y, en particular, se refirió al caso de los atentados a sacerdotes. "En noviembre fueron otros dos sacerdotes privados de la vida que eran queridos y aceptados por el pueblo. Somos parte de todo lo que sucede en el país", expresó. Asimismo, no dudó en hacer referencia al agravamiento de la violencia en los últimos años.
El papa Francisco también se manifestó tras los atentados y mediante un telegrama dio su pésame a la sociedad mexicana por el asesinato de los tres sacerdotes. Adicionalmente, transmitió apoyo a la Iglesia del país para que continúe “con energía su misión eclesial, a pesar de los obstáculos, siguiendo el ejemplo de Jesús el Buen Pastor”.
Causas del asedio a sacerdotes
El Centro Católico Multimedia detalló mediante un informe que aquellas bandas delictivas que atacan a curas y otros religiosos tienen la intención de obstaculizar las actividades de labor pastoral y social de la iglesia mexicana, que atiende distintos ámbitos como el de educación, sanidad, refugio y otros tipos de asistencia hacia los más necesitados, entre los que se incluyen migrantes que arriban al país.
El vocero del Arzobispado de Guadalajara, Antonio Gutiérrez Montaño, señaló que están consientes de que México es el país en el que más se cometen atentados hacia sacerdotes. Sin embargo, asomó que siempre han procurado denunciar aquellos actos que contradicen los valores y que esto, por supuesto, tiene consecuencias.
El discurso de las nuevas generaciones de sacerdotes, caracterizado por ser más combativo, es otra de las causas que se manejan, puesto que este estaría afectando intereses de políticos y de bandas criminales.
La extorsión también es una realidad que describe Gutiérrez. Según explica, grupos criminales envían mensajes de amenaza a sacerdotes, a quienes les exigen una cantidad de dinero a cambio de permitirles ejercer sus funciones y no arremeter contra sus vidas. A pesar de esto, los ministros católicos se manifiestan a favor de endurecer medidas de seguridad y no ceder a los pagos exigidos.
Sacerdotes están "a la buena de Dios"
Se cuestiona que el Estado y la jerarguía católica no ofrecen un nivel adecuado de seguridad a los sacerdotes al momento en que estos deben ejercer sus distintos oficios. Muchos desempeñan funciones en regiones solitarias y vulnerables, tales como el campo y la sierra, lo que los expone ante las malas intenciones de criminales.
La CCM en sus reportes establece que desde esta instancia se seguirá exigiendo a las autoridades gubernamentales brindar protección al gremio sacerdotal en las entidades donde se ha generado violencia directa contra este.
Mientras tanto, entre las recomendaciones de seguridad entre los sacerdotes, se encuentra el no transitar en zonas solitarias durante horas de la noche, no establecer conversación con personas extrañas y no consumir bebidas alcohólicas, con la intención de no exponerse a posibles ataques criminales.
Es importante que el gremio sacerdotal reciba el apoyo del Estado y de la jerarquía católica mexicana en materia de seguridad y resguardo para que se puedan frenar este tipo de crímenes. La acción de las autoridades policiales, que debe dirigir el actual gobierno de Enrique Peña Nieto con respecto a las agrupaciones delictivas es, en definitiva, determinante para mejorar el nivel de seguridad de los mexicanos y, dentro de estos, los integrantes de la Iglesia.