Un día como hoy, pero de 1942, empezó a escribir su diario Annelies Marie Frank mejor conocida como Ana Frank, una niña judía nacida en Alemania un 12 de junio de 1929.
Miguel Truzman Tamsot/El Político
Es decir, que esta semana estamos conmemorando tanto el natalicio de la joven Ana como el inicio de la inspiradora historia y a la vez el terrible testimonio de lo que fue vivir entre dos paredes por dos años y medio.
El temor de que la bestia nazi pudiera encontrarlos, se materializó un 04 de agosto de 1944, trasladando a Ana y al grupo familiar (eran 8 en total), el 02 de septiembre para Auschwitz y de allí para su destino fatal en el otro campo de exterminio de Bergen-Belsen, donde fallece por una epidemia de tifus a mediados de febrero de 1945.
Paradójicamente si no hubiese sido trasladada desde el peor campo de la muerte que era Auschwitz, se pudiera haber salvado, ya que este campo fue liberado por las tropas soviéticas un 27 de enero de ese año.
De todo el grupo familiar solo pudo sobrevivir Otto el padre de Ana y me imagino, porque solo el Creador lo sabe, lo hizo para dar a conocer al mundo los pensamientos, sentimientos y vivencias de su hija durante el escondite, con la obra que título “La Casa de Atrás”, publicada por la editorial Contact de la ciudad de Ámsterdam el 25 de junio de 1947.
Luego le siguió la versión alemana en 1950, EEUU–Francia en 1952 y se expande al conocimiento universal cuando la desarrollan como obra de teatro en Nueva York en 1955.
70 idiomas
Hoy en día no hay quien con un mínimo de cultura e historia, no sepa a qué se refiere el Diario de Ana Frank, que ha sido traducido a 70 idiomas, y se han vendido decenas de millones de publicaciones alrededor del planeta.
La corta pero trascendente vida de Ana Frank ha servido como inspiración para que diferentes organizaciones en el mundo entero hayan asumido el compromiso de exponer y transmitir valores esenciales para la convivencia humana en el respeto a la diversidad, a la libertad en todas sus formas, a la igualdad porque nacimos libres e iguales como hermanos.
De esta manera, para que Ana esté orgullosa de que su muerte no fue en vano, dando certeza a uno de los pensamientos de su diario “me gustaría seguir viviendo incluso después de mi muerte.”
Y que decir para el ejercicio de nuestra conducta diaria que gozamos en libertad, cuando leemos en su diario “que maravilloso es que nadie tenga que esperar un momento antes de empezar a mejorar al mundo”.
Sin ella saberlo con esta frase está evocando uno de los principio básicos del judaísmo, el “Tikún Olam”, la obligación de todos, cada quien dentro de sus posibilidades de mejorar a el mundo y esto se puede hacer sin costo alguno, podemos empezar con un saludo, una sonrisa cuando entremos o salgamos de un ascensor, de un lugar; de abrazar a nuestros afectos, de tener una conducta ciudadana cuando manejemos y de ahí puede subir la escala del Tikún Olam hasta el infinito.
Espacio Ana Frank
En Venezuela tenemos una de las Instituciones más hermosas que desarrolla una labor extraordinaria, denominada “Espacio Ana FranK”, que promueve la coexistencia como valor fundamental a través de instrumentos como la cultura, la educación.
Yo le agregaría el deporte que transmite valores como el trabajo en equipo, la puntualidad, el respeto a las normas, el fair play o juego limpio, el respeto a la autoridad (árbitros o jueces), hacia tus contrarios, la constancia y la disciplina, porque siendo deportista creo firmemente que el deporte es uno sino el mejor vinculo para conectarnos y fundirnos en un abrazo fraterno entre hermanos.
@migueltruzman
@miguel_truzman_tamsot