Un fuerte debilitamiento del dólar parece más evidente que nunca, según el analista estadounidense, Stephen Roach, quien asegura que "el desplome del dólar recién comienza".
El Político
Stephen Roach, profesor de la Universidad de Yale y expresidente del banco de inversión Morgan Stanley en Asia predice que la divisa podría caer más de 35% hacia fines de este año basándose en tres grandes razones.
La primera es que hay un fuerte aumento del déficit de cuenta corriente de EE.UU, es decir, que el país paga más al exterior por el intercambio de mercancías, servicios y transferencias de lo que recibe.
Su proyección es que ese déficit seguirá impulsando una baja de la divisa. Roach predice que la Reserva Federal haría muy poco para evitar el descenso del dólar.
La segunda razón es el alza del euro, luego de que los gobiernos de Alemania y Francia acordaran un paquete de estímulo fiscal, además de la emisión de bonos.
Y la tercera, es que Roach predice que la Reserva Federal hará muy poco para evitar el descenso del dólar.
Dependencia del capital extranjero
Con Estados Unidos cada vez más dependiente del capital extranjero para compensar su creciente déficit de ahorro interno, explica, y con las políticas que ha adoptado la FED que crean un exceso masivo de billetes, "el caso por un fuerte debilitamiento del dólar parece más convincente que nunca", argumenta.
Efectos del dólar depreciado
La subida de las bolsas de algunos países latinoamericanos es uno de los efectos que un dólar depreciado tiene en los mercados emergentes (como podrían ser Brasil, México, Argentina, Colombia, Perú o Chile en Latinoamérica).
En la medida que la Reserva Federal no suba las tasas de interés, que es lo que Roach supone va a ocurrir, "la debilidad del dólar debería provocar aumentos en los mercados bursátiles extranjeros en general y en las acciones de los mercados emergentes en particular", explica.
"No hay que exagerar"
Otros economistas argumentan que si bien la divisa estará un poco débil este año, en ningún caso se espera un desplome del dólar.
"No hay que exagerar la caída del dólar", escribió a comienzos de enero Mark Sobel, presidente para EE.UU. del Foro Oficial de Instituciones Monetarias y Financieras (OMFIF por sus siglas en inglés), en la web del centro de estudios.
Su postura es que hay en el ambiente una perspectiva "muy deprimente" para el dólar."Es posible que el dólar caiga este año, pero una narrativa demasiado negativa no se justifica", dice Mark Sobel.
Uno de sus argumentos es que el dólar ya ha caído bastante (13% en 2020 desde su máximo en marzo).
Otro, es que en medio de la incertidumbre global, no es tan seguro que los inversores prefieran correr riesgos y apostar por otras monedas que no sean el dólar.
En paralelo, el economista también considera que pueden haber condiciones monetarias relativamente más favorables en EE. UU. y que el actual ciclo de un dólar fuerte, simplemente está llegando a su fin.
AL con rezago
En América Latina la baja del dólar llegó con rezago en comparación con otras partes del mundo.
Una de las razones que explican esa demora en su descenso frente a las monedas de las economía latinoamericanas, es que éstas son más riesgosas, como explica Diego Mora, ejecutivo senior de la consultora XTB.
Aunque la divisa esté cayendo, en la región sigue siendo demandada por su calidad de refugio cuando hay incertidumbre.
"La depreciación del dólar en Latinoamérica comenzó recién hace cuatro o cinco meses", comenta Mora en diálogo con BBC Mundo.
México es el país donde más se ha depreciado
Las consecuencias del desplome varían sustancialmente dependiendo de los distintos actores económicos.
Por un lado, a los consumidores latinoamericanos les beneficia -apunta el experto- porque muchos de los bienes que se consumen son importados, como por ejemplo, los autos y los productos tecnológicos.
Al analizar las economías más grandes de la región, el analista dice que México es el país donde más se ha depreciado el dólar, seguido por Chile, Colombia y Brasil.
Sin embargo, la historia no es tan simple, porque al mismo tiempo han subido los precios de algunas materias primas alimenticias, advierte.
El maíz, el trigo, el cacao y otros productos que son de primera necesidad, han tenido alzas superiores al 30% debido a la depreciación del dólar.
Hakan Aksoy, administrador de portafolios senior en la empresa de la empresa Amundi, explica que con el dólar más débil, presiona a que los precios de las materias primas aumenten, algo que beneficia a los países latinoamericanos.
Política fiscal más flexible
Por otro lado, un dólar más débil significa que habrá una política fiscal y monetaria más flexible en EE. UU.,
Así las cosas, "los países emergentes pueden pedir prestado más fácilmente, lo que ayuda a sus demandas de financiamiento externo", apunta Aksoy.
Todo esto, sería positivo para el crecimiento y la percepción de riesgo de los inversores.
La Reserva Federal de Estados Unidos (FED) -cuya misión es controlar la política monetaria del país como lo hacen todos los bancos centrales- redujo drásticamente la tasa de interés hasta dejarla casi en 0%.
Y como la tasa de interés equivale al costo del dinero de un país, mientras más baja, menos vale su divisa.
En paralelo, la FED le dio rienda suelta a la impresión de billetes para comprar bonos (tanto en el sector privado como en el sector público), con el objetivo de mitigar los efectos de la crisis.
Impacto del COVID-19
Debido a la pandemia del COVID-19, los efectos económicos fueron completamente recesivos desde su esparcimiento. Una de las principales medidas para paliar el impacto de la crisis, fue la emisión generalizada en todo el mundo, especialmente en los Estados Unidos, en donde el dólar inundó las calles.
Dicha inyección de dinero permitió financiar el incrementó del gasto fiscal y le dio cierta capacidad de oxígeno a los mercados.
Sin embargo, al mismo tiempo ese hecho fue el detonante de la baja del valor del moneda estadounidense frente a otras monedas fuertes alrededor del mundo durante los últimos 10 meses.
Según el Bloomberg Dollar Index (BBDXY), los índices de la evolución de la divisa arrojan números destacados previo al comienzo de la pandemia.
El indíce, el cual compara monedas de países desarrollados y emergentes con alta liquidez con grandes flujos económicos, señaló que el dólar llegó a estar en un máximo de casi 1.300 puntos el 23 de marzo.
Y de ahí en adelante comenzó una caída que no dio tregua hasta ahora. Se trata de una caída superior al 12% en los casi 10 meses de pandemia, un porcentaje que puede variar levemente según el índice que se utilice para monitorear la evolución de la divisa.
Actualmente se encuentra en su nivel más bajo desde principios de 2018 y muchos expertos coincidieron en que la moneda seguirá depreciándose.
Intervención de la FED
Las políticas de fomento de la inflación del gobierno federal coincidieron con una intervención récord de la Reserva Federal, que desembolsó billones de dólares en 2020 para combatir una crisis de liquidez y mantener las tasas de interés bajo control.
Después del decepcionante informe de empleos del pasado viernes 8 de enero, que indica una pérdida de 140.000 puestos solo en diciembre, Biden duplicó su petición de un alivio más directo para los estadounidenses.
"La investigación económica confirma que con condiciones como la crisis de hoy, especialmente con tan bajas tasas de interés, tomar medidas inmediatas —incluso con la financiación del déficit— va a ayudar a la economía", explicó al respecto el flamante presidente de los Estados Unidos.
Fuente: BBCMundo