En una decisión que ha generado debate tanto dentro como fuera de la agencia, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) ha prohibido a sus agentes y empleados participar en actividades oficiales relacionadas con el Mes del Orgullo LGBT. La medida, comunicada a través de un correo electrónico interno, establece que ningún funcionario podrá representar al FBI en eventos, actos o comunicaciones oficiales vinculadas a la conmemoración del orgullo LGBT durante el mes de junio.
Esta directiva no impide la participación personal de los empleados en actividades del Orgullo LGBT, siempre y cuando lo hagan fuera de su horario laboral y sin utilizar recursos de la agencia. Sin embargo, marca un giro significativo respecto a años anteriores, en los que el FBI participaba activamente en estas celebraciones, izando banderas del arcoíris en sus instalaciones y difundiendo mensajes de apoyo en redes sociales oficiales.
La decisión del FBI no ocurre en el vacío. Llega pocos meses después de que la administración del presidente Donald Trump anunciara la eliminación de mensajes y programas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI, por sus siglas en inglés) en todo el gobierno federal. Esta política, impulsada desde la Casa Blanca, busca centrar la labor de las agencias en sus funciones tradicionales y reducir lo que considera “activismo político” dentro de las instituciones públicas.
Durante la administración anterior, bajo el presidente Joe Biden, los programas DEI se fortalecieron y se promovió la participación activa de las agencias federales en iniciativas de inclusión y diversidad, incluyendo el apoyo explícito a la comunidad LGBT. El cambio de administración ha supuesto un repliegue de estas políticas, con la justificación de que el gobierno debe mantener una postura neutral y enfocarse en su misión esencial.
La medida del FBI ha generado reacciones encontradas. Organizaciones de derechos civiles y defensores de la comunidad LGBT han expresado preocupación, argumentando que este tipo de restricciones envían un mensaje de exclusión y pueden fomentar la discriminación dentro de las instituciones públicas.
Si bien la agencia asegura que sigue comprometida con el respeto y la protección de todos los ciudadanos, la medida ha reavivado el debate sobre el papel del Estado en la promoción de la igualdad y la inclusión, y sobre los límites de la neutralidad institucional frente a la diversidad social.