En cooperación con EEUU y Australia; el FBI desmontó algo que se suponía que era la herramienta de comunicación impenetrable del inframundo. Un espacio digital seguro para tramar delitos que iban desde el tráfico de drogas hasta el asesinato, lejos de la vista de la ley.
El Político
Durante casi tres años, el FBI y la Policía Federal de Australia monitorearon encubiertamente una aplicación encriptada utilizada por delincuentes según publicó AFP; lo que provocó cientos de arrestos y decenas de millones de dólares en incautaciones de activos, según revelaron las autoridades el martes.
El FBI y "Brazo de hierro"
En un comunicado difundido por CNN, la AFP dijo que ellos y el FBI habían estado leyendo las comunicaciones clandestinas de los delincuentes desde 2018; en la aplicación ANoM, un producto del mercado negro al que solo se puede acceder en teléfonos móviles especialmente preparados.
Según la AFP, la inteligencia recopilada de los mensajes desencriptados llevó al arresto de 224 sospechosos por más de 500 cargos y la incautación de 3,7 toneladas de drogas. Esto además de casi US$ 35 millones en efectivo durante los últimos tres años en Australia.
Golpe sorpresa
Desconocido para los usuarios de la aplicación; el FBI tuvo acceso a la aplicación y sus comunicaciones, que luego la organización utilizó para recopilar información sobre operaciones delictivas.
Se aseguró que los criminales no usaron códigos o seudónimos en ANoM; discutiendo descaradamente los crímenes con la confianza errada de que sus comunicaciones eran seguras.
"Básicamente, hemos estado en los bolsillos traseros del crimen organizado y hemos puesto en funcionamiento un derribo criminal como nunca antes habíamos visto"; aseguró el comisionado de la AFP Reece Kershaw.
FBI y la cooperación
Cientos de arrestos y toneladas de drogas también fueron incautadas en el extranjero como resultado de la operación que encabezó EEUU, dijo la AFP, pero no especificó dónde. La Policía también incautó activos en Australia que las autoridades estimaron que valdrían millones de dólares una vez que fueran vendidos.
En total, a lo largo de los tres años, más de 9.000 agentes de policía de 18 países participaron en el mantenimiento de la operación.