El Gobierno francés dio hoy el primer paso para flexibilizar por decreto el mercado laboral, una de las grandes y más delicadas promesas electorales del presidente, Emmanuel Macron, que se enfrenta ya a una convocatoria de huelga en septiembre.
La titular de Trabajo, Muriel Pénicaud, fue la encargada de presentar esta proposición, adoptada en Consejo de Ministros, que habilita al Ejecutivo a legislar por decreto. En este proyecto sólo aparecen los grandes principios de una reforma que se desarrollará por completo en una segunda ley anunciada para septiembre.
Pénicaud, que hasta el 21 de julio mantendrá una cincuentena de reuniones de concertación con sindicatos y patronal, justificó la necesidad de mayor flexibilidad porque la normativa actual "crea rigideces y desigualdades que son frenos a la iniciativa de las empresas, al desarrollo del empleo y a lo que esperan los asalariados".
En conferencia de prensa, señaló que las tres grandes evoluciones que obligan a esta evolución son la globalización, las nuevas tecnologías y "las aspiraciones" de los trabajadores, en particular a tener una trayectoria profesional "diversificada", algo que a su juicio no ocurre con las disposiciones actuales.
Los tres ejes del proyecto de ley son la clarificación de qué temas se decidirán en las negociaciones sectoriales y cuáles dentro de la empresa; la simplificación de las instancias de representación de los trabajadores (ahora hay cuatro diferentes); y dar mayor seguridad jurídica a empresas y empleados en caso de contencioso.
EFE
