El gobierno reconocido del Yemen acusó los rebeldes hutíes de “arrastrar al país a un escenario de enfrentamiento militar”, luego que Estados Unidos y el Reino Unido bombardearan posiciones de los insurgentes en respuesta a sus ataques contra la navegación en el mar Rojo.
El Político
En un comunicado emitido por la agencia de noticias oficial yemení Saba, el Gobierno yemení expresó su profunda preocupación por la escalada militar en el país y responsabilizó a las milicias hutíes de esta situación, alegando que buscan fines propagandísticos.
Además, justificó los ataques estadounidenses y británicos como una respuesta necesaria a los continuos ataques y amenazas de los hutíes contra la seguridad marítima en la región del mar Rojo y el estrecho de Bab al Mandeb.
A su vez el Gobierno yemení también acusó a los insurgentes de “depender de las órdenes del régimen iraní” y de servir a sus proyectos en la región, a expensas de los intereses del pueblo yemení.
Guerra del Yemen
Los hutíes tomaron el control de la capital, Saná, en 2014, desencadenando una guerra devastadora en Yemen. Desde entonces, el conflicto se ha intensificado con la intervención de una coalición militar liderada por Arabia Saudí en apoyo al Gobierno reconocido internacionalmente.
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Esta guerra ha dejado al país sumido en la crisis humanitaria más grave del mundo, con millones de personas en situación de inseguridad alimentaria y sin acceso a servicios básicos.
Aunque se acordó una tregua en 2022, la guerra entre los hutíes y las tropas gubernamentales ha continuado, aunque con una menor intensidad. Sin embargo, esta reciente escalada de violencia ha aumentado las preocupaciones sobre la situación en el país y la posibilidad de un deterioro aún mayor.
Por su parte Estados Unidos, el Reino Unido y otros ocho países llevaron a cabo una serie de ataques contra posiciones militares hutíes en varias provincias del noroeste de Yemen. Esta ofensiva se produce en respuesta a los numerosos ataques de los hutíes contra buques comerciales en un intento de ejercer presión económica sobre Israel en medio del conflicto en la Franja de Gaza.