El ministro Mandetta reforzó las medidas del aislamiento social, criticó el clima en la gestión y pidió “paz para trabajar”. Un empresario chino acusado de atizar el conflicto por la redes sociales.
Tras reuniones de alto nivel parece prevalecer un acuerdo de división del trabajo, en el que Bolsonaro aceptó que se siguiera aplicando la línea Mandetta frente al juego de la presión. Esta decisión cuenta con el apoyo explícito de la mayoría de la clase dirigente actual.
Después de que medios brasileños difundieran la información, el pasado lunes (06), de que el presidente Jair Bolsonaro iba a despedir a su ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, pero tras un día entero de inestabilidad, el ministro comunicó que permanecerá en su puesto.
Cuando Mandetta ya estaba por dejar su cargo fue convocada una reunión por la tarde de la que participaron Bolsonaro; el ministro de Salud; el jefe de la Casa Civil, general Walter Braga Netto; y el secretario de Gobierno, el general Luiz Eduardo Ramos. En una entrevista colectiva realizada por la noche en Brasília, capital del país, Mandetta afirmó sus críticas al gobierno.
‘Vamos a seguir, porque al seguir vamos a enfrentar a nuestro enemigo. Nuestro enemigo tiene nombre y apellido: la covid-19. Hay una sociedad a quien debemos batallar para proteger. Un médico no abandona a sus pacientes, yo no los abandonaré. Hoy fue un día en que el trabajo del Ministerio entregó poco. Toda la gente estaba preguntándose si yo iba a renunciar. Muchos se solidarizaron y les agradezco”, explicó.
Jair Bolsonaro hizo de todo para echar a su ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta. Hacía semanas que venían chocando por la forma en que el presidente quería enfrentar al Covid-19. Es decir, por la adecuación del Brasil a las recomendaciones de la OMS. Mandetta, médico ortopedista y ex teniente de la misma arma, coincide con los gobernadores de 25 de los 27 estados en una cuarentena estricta para evitar el contagio masivo en un país que ya tiene más de 12.000 enfermos de coronavirus y cerca de 600 muertos.
Desde temprano, los troles en las redes sociales atronaron con todo tipo de acusaciones y denuestos contra Mandetta. Con una aprobación del 76%, el ministro es visto por Bolsonaro -y sobre todo por sus tres hijos, los “estrategas” de su imagen- como una competencia incómoda.
Ciertamente, no es de buena práctica política que constantemente el jefe del Ejecutivo desmienta a un ministro y era obvio que en algún momento la cuestión debía dirimirse para no continuar generando contradicciones en un tema tan delicado como la salud en medio de una pandemia.
A mediodía Bolsonaro llamó a una reunión de gabinete a la que no fue invitado Mandetta. Si acudieron el diputado Osmar Terra y la médica Nise Yamaguchi, una inmunóloga que dirige el Instituto de Avances en Medicina y llegó al corazón de los bolsonaristas porque es de las que aconseja aplicar cloroquina como remedio para el coronavirus. También asistió el director de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Avinsa) Antonio Barra Torres.
De la reunión quedó claro, para los analistas, que Mandetta estaba fuera del juego, como venía diciendo el presidente en las horas previas. “No me va a temblar el pulso para usar el bolígrafo”, amenazó, para expresar que estaba decidido a firmar la exoneración del titular de Salud.
Era tal el clima que salía del despacho del Palacio del Planalto que O Globo publicó que el nuevo ministro estaría entre Terra y Yamaguchi. El propio Terra se peinó para la foto y en un intento de hacer lobby, llamó a algunos gobernadores para anunciarles la nueva.A la salida se informó que Mandetta seguía en funciones.
El negocio de los insumos
A la cabeza de un equipo de trols contra Mandetta, señala un artículo de la revista Forum, estuvo el empresario Winston Ling, de origen chino, un inversor nacido en Río Grande do Sul que vive en Hong Kong, donde se dedica a la importación de productos brasileños en el gigante asiático.
Desde una red de whatsapp se diseminó la falsa información de que Mandetta estaba detrás de una operación para desestabilizar a Bolsonaro junto a los presidentes de ambas Cámaras, Rodrigo Maia y Davi Alcolumbre, y el gobernador del estado de Goiás, Ronaldo Caiado.
El mapeo de los ataques, publicó Folha de Sao Paulo, fue hecho por la Directoría de Análisis de Políticas Públicas de la Fundación Getulio Vargas y apunta al millonario afincado en Hong Kong. Ling, más allá de una afinidad consistente por Bolsonaro desde antes de que ganara la elección, también necesita que la actividad económica no se detenga porque vive de las exportaciones de Brasil a China. Y también propone aplicar cloroquina para combatir el Covid-19.
A continuación, Mandetta provocó a Jair Bolsonaro. “A mí me gustan las críticas constructivas, lo que dificulta es que, en determinada situación, la crítica no tenga el sentido de construir, sino dificultar el clima laboral. Ustedes no necesitan traducción, saben exactamente a lo que me refiero. El Ministerio de Salud toma una decisión y después tiene que retroceder”, afirmó.
La ciencia como centro
En relación al nuevo coronavirus, Mandetta fue categórico y afirmó que el país no tiene una estructura para la escalada de casos en las grandes metrópolis. Al final de su declaración, volvió a recordar que el aislamiento es la medida necesaria, posición antagónica a la de Jair Bolsonaro, y exigió que “la ciencia sea el centro”.
Número de casos
La cifra de muertes causadas por el nuevo coronavirus en Brasil ascendió a 553, según los datos divulgados por el Ministerio de Salud el último lunes. Son 12.056 casos confirmados en el país, con una tasa de letalidad de un 4,6%.
Sin embargo, los números oficiales son menores que el número real, como confiesa el propio gobierno, pues los laboratorios tardan hasta 15 días para divulgar los resultados de tests para coronavirus.
Sao Paolo concentra el mayor número de casos
São Paulo concentra el mayor número de casos, con 4.866 y 304 muertes. Después, Río de Janeiro, con 1.461 casos y 71 muertes y Ceará, con 1.013 casos y 29 muertes.
El Estado de São Paulo, que concentra una quinta parte de la población brasileña y genera un tercio de la riqueza nacional, ha prorrogado hasta el 10 de mayo la cuarentena. El gobernador João Doria ha anunciado la extensión de la medida, que implica el cierre de las escuelas, del comercio, los centros comerciales, pero no de la industria. De todos modos, algunas grandes empresas han cerrado ante la paralización de sus cadenas de suministro.
São Paulo, que adelantó las vacaciones a sus millones de escolares cuando decretó las primeras medidas de aislamiento de la pandemia, va a empezar a impartir clases en remoto, lo cual supondrá un desafío para miles de familias, sobre todo las más pobres.
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