Hay un refrán que dice: "El que inventa la ley, inventa la trampa". Y eso es lo que parece quiso hacer Nicolás Maduro Moros, para esquivar por tierra, mar y aire las sanciones de EEUU. Se encomendó a las criptomonedas.
Mario A. Beroes R./El Político
El dictador venezolano le compró la idea a quien, en ese momento era su ministro de Petroleo, Tareck El Aissami, hoy desaparecido del panorama político y abrazó las divisas digitales durante la presentación de su ‘Ley Antibloqueo’, proclamando que se abría a usar "todas las criptomonedas del mundo para mejorar el comercio interno y externo del país".
Por qué no funcionó el Petro
Además Maduro Moros y su equipo anunciaron "importantes proyectos" cripto que ayudasen a eludir las sanciones. Entre sus apuestas, la más destacada fue la creación de su propio token, el Petro, además de una ley para fomentar su uso.
El 20 de febrero del 20018, en cadena nacional, el régimen crea el Petro. 5 años después, el mismo régimen venezolano abandona casi por completo las cripto, tras multitud de reveses que, finalmente, se han saldado con la explosión de un importante caso de corrupción pública relacionado con todos estos proyectos.
El ente que se supone regularía y gerenciaría este nuevo mercado, la Superintendencia de Criptoactivos (Sunacrip), es investigada por malversar miles de millones de dólares procedentes de la venta de petróleo de PDVSA que se realizaba a través de tokens.
Las numerosas detenciones, la reestructuración completa del regulador y los problemas derivados de esta caso han traído consecuencias.
En primer lugar, el país ya lleva tres meses consecutivos con fuertes restricciones a las cripto, entre las que destaca la prohibición total de la minería.
Venezuela contaba con más de 75.000 personas que vivían de las granjas de minado y todas ellas ahora han sido obligadas a detener sus operaciones.
Caída brutal
Además, el uso y la cotización del Petro se ha venido al piso, perdiendo toda su cotización y, aunque no hay datos más allá de los oficiales, ahora su situación podría haber empeorado aún más.
Antes de que estallase el caso de corrupción ya había perdido un 45% de su valor, aunque la dictadura se caiga a embustes y siga manteniéndolo en 60 dólares.
Este mismo mes, según la plataforma CryptoLand, la cadena de bloques que permite registrar las operaciones "fue paralizada repentinamente y sin aviso, imposibilitando transacciones".
Se trató de una suspensión temporal que amenaza con repetirse ante un sector bloqueado. Una situación que muestra los fallos en la infraestructura digital del país al tiempo que este estaría abandonando el uso de estos activos digitales.
De esta manera, la primera moneda digital promovida por un Estado podría tocar a su fin pronto. Los rumores en la misma Sunacrip aseguran que el plan de Maduro es dejar morir lentamente el Petro una vez se pague a sus acreedores, reduciendo sus operaciones a cero.
Corrupción, petróleo y criptomonedas
Los venezolanos encontraron en las criptomonedas un refugio ideal para huir de la inflación desatada que aqueja a su país todos los años.
El último registro es de un 96,3% en los cinco primeros meses de 2023. En ese sentido el Estado encontró en las mismas un arma poderosa para huir de una moneda volátil y para dificultar la trazabilidad de sus transacciones y, en consecuencia, poder comprar y vender sin que las sanciones de Estados Unidos puedan ejercer tanta influencia.
Para controlar este nuevo sector en alza, el país puso en marcha una Superintendencia Nacional de Criptoactivos (Sunacrip) que ahora queda desprestigiada por el escándalo con PDVSA y que ya alcanza la decena de detenciones de altos cargos y la "renuncia vía Twitter" del ministro de Petróleo y exvicepresidente del país Tareck El Aissami.
Todo comenzó con la desaparición de 3.000 millones de dólares que provenían de la venta de petróleo. Tras contactar con los deudores de diversos cargamentos estos expresaron que habían realizado sus pagos a través de criptomonedas, las cuales Sunacrip aseguraba que habían sido objeto de un robo.
Tras esta defensa se procedió a reestructurar por completo al supervisor para, al poco tiempo, anunciarse la detención de 80 implicados en lo que, según el fiscal Tarek William Saab, se trataba de una trama de funcionarios, empresarios y miembros de Sunacrip para crear una estructura paralela, destinada a desviar parte de los pagos a través de criptomonedas.
Gracias a diferentes movimientos entre wallets o carteras, y a las características de estos activos digitales, la trazabilidad del dinero sería realmente complicada.
Esta apuesta fue en gran parte debido a Estados Unidos y los problemas respecto a la misma se han mezclado con un momento de distensión con la administración Biden de EEUU.