Los gobernantes deben ser líderes y actuar de acuerdo con sus principios en vez de estar cuidando votos, es lo que se desprende de la caída que ha tenido el PSOE ante las indecisiones de Sánchez en relación con los disturbios en Barcelona.
La precampaña electoral ha sufrido una sacudida con los disturbios en Cataluña durante la semana pasada y la última encuesta de ABC/GAD3 recoge ya los primeros efectos de la ola de violencia independentista y de la falta de medidas excepcionales por parte del Gobierno en funciones de Sánchez.
El Político
Las elecciones generales del 10 de noviembre se presentan con divisiones dentro del bloque de la derecha y de la izquierda. Partidos tradicionales y partidos clásicos se disputan el voto de un margen al otro del espectro político: la izquierda radical de Unidas Podemos, la socialdemocracia del PSOE, el liberalismo de Ciudadanos, el liberal-conservador Partido Popular y la derecha de Vox. Cinco opciones principales con soluciones diferentes a los problemas de los españoles.
La última encuesta indica que la crisis catalana benefición al PP, debido a su posición clara de rechazo a los disturbios, mientras que los españoles no están de acuerdo con las dudas de un Sánchez que no aplicó medidas contindentes para parar la violencia.
l presidente del Gobierno en funciones ha organizado un viaje relámpago sin colocarlo en la agenda oficial ni avisar a la prensa para evitar que los independentistas tuvieran tiempo para organizar protestas a su paso, como también hizo la semana pasada el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Sánchez no ha mantenido ningún encuentro con el presidente de la Generalitat, Quim Torra, con quien no ha querido hablar por teléfono durante el fin de semana y al que exige que condene de forma clara la violencia independentista.
El presidente ha permanecido en la capital catalana apenas unas horas y ha regresado a Madrid sobre la una de la tarde, tras una visita cuyo secretismo aumentaba la sensación de excepcionalidad. Sánchez se ha ido de Barcelona sin tener ninguna intervención ante la prensa.
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En la Jefatura Superior de Policía, primera parada de su recorrido, Sánchez ha sido recibido por los mandos policiales mientras, de fondo, una bocina y algunos gritos sonaban contra su llegada. También ha habido abucheos cuando ha entrado, después, en los hospitales Sagrat Cor y Sant Pau, donde se encuentran ingresados los agentes con lesiones más graves. Según una nota que ha enviado La Moncloa tras la visita, Sánchez ha agradecido a los agentes su contribución a garantizar la seguridad y la convivencia y para superar esta "crisis de orden público" y ha admitido que habrá que tener "mucha paciencia" para resolver esta crisis.
"En estos momentos es muy importante garantizar la moderación que representan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para asegurar esa convivencia que ahora mismo está puesta en cuestión", ha dicho Sánchez a los agentes y mandos policiales con los que se ha reunido. "La crisis no ha acabado, tenemos que persistir, nosotros somos mucho más persistentes, más cabezotas", les ha transmitido, según el vídeo remitido por La Moncloa, que no ha permitido en ningún momento que los periodistas pudieran seguir de cerca la visita.
Fuentes del hospital de Sant Pau aseguran que la dirección del centro ha intentado recibir al presidente en la puerta principal, pero que este ha entrado por el aparcamiento de las ambulancias. Las mismas fuentes apuntan que la visita no se ha alargado más de 10 o 15 minutos, informa Clara Blanchar. Sánchez ha sido despedido con abucheos y gritos de “fuera”, “libertad presos políticos” o “hable” por un grupo de personas, como se aprecia en un vídeo que fue difundido en las redes sociales. Alguna de las personas que abuchean al Sánchez llevan la bata habitual de los trabajadores de un hospital.
Pocas horas después del anuncio del viaje, distintos grupos independentistas han comenzado a realizar actos de rechazo, como una sentada de varios centenares de personas ante la Delegación del Gobierno en Cataluña, informa Rebeca Carranco. Los manifestantes llevan carteles con el lema "Spain: sit and talk" ("España, siéntate y dialoga", en inglés).
Esperan igualar y ganar en novienbre
El PP recorta distancias con el PSOE y se sitúa con 102 diputados, frente a los 123 que obtendrían los socialistas y que son los mismos que consiguieron en las elecciones de abril. Ciudadanos se hunde un poco más, mientras que Vox consolida su tercera posición con 33 escaños, casi el doble ya que los del partido de Rivera.
La encuesta se realizó entre el 14 y el 18 de octubre
Se hizo desde que se da a conocer la sentencia del Tribunal Supremo en el juicio del «procés» hasta el viernes, jornada en la que se vivieron la tarde y la noche más violentas de toda la semana, además de la manifestación a favor de los condenados por sedición y malversación. En medio del caos, el partido que más sube en número de escaños es el PP, que pasaría en una semana de los 98 a los 102, a los que se podrían sumar dos más de Navarra Suma.
La candidatura de Pablo Casado gana ocho décimas en estimación de voto en siete días, al subir del 22,2 al 23 por ciento, lo que es su mejor resultado desde las elecciones de abril, que confirma una tendencia sostenida al alza. En Génova intentan ser cautos y prudentes, pero el líder del PP está convencido de que en unos días se producirá el «empate técnico» con el PSOE, es decir, una diferencia entre ambos que rondará los 10 escaños. Con un empate así en las encuestas, los populares sostienen que las elecciones estarán totalmente abiertas y la victoria del PP será una posibilidad «a tiro de piedra», como dice Casado.
El PP estaría ahora mismo 21 escaños y 5,7 puntos de estimación de voto por debajo del PSOE. Hace una semana esa diferencia era de 28 escaños, mientras que en las elecciones de abril fue de 57 diputados y de 22 puntos en el voto a favor de los socialistas.
Sánchez estancado
En este momento de violencia y caos, el PSOE repite exactamente el resultado que tuvo en abril: 28,7 por ciento de voto y 123 escaños. Seis meses de bloqueo, casi un año y medio de parálisis reformista y la situación en Cataluña al rojo vivo han dejado a Sánchez estancado, sin un solo votante más, y con muchas más complicaciones para intentar una alianza de Gobierno tras el 10-N, si consigue ganar en las urnas.
Bipartidismo y polarización
El bipartidismo vuelve a sumar más del 50 por ciento de los votos, con 225 escaños, el 64 por ciento del total. Con sus luces y sombras, el voto se aglutina en las dos grandes formaciones que han gobernado en España en las últimas décadas. La «nueva política»no logra avanzar.
Vox sigue firme en su tercera posición. Su discurso sobre Cataluña no ha modificado su voto respecto a la semana pasada. Continuaría con 33 diputados, frente a los 24 que obtuvo en abril. La petición de estado de excepción le ha servido para mantenerse, pero no le ha dado nuevos votos.
El que más sufre es Ciudadanos
El partido de Rivera no levanta cabeza, ni siquiera con su discurso potente en Cataluña, su punto fuerte. Sus giros en los últimos meses respecto a los pactos le han desgastado, y le han podido producir una pérdida de credibilidad al intentar abanderar ahora una reunión entre el PSOE, PP y Ciudadanos frente a los independentistas, una foto entre tres que rechazó de plano cuando estaba más fuerte y pretendía arrinconar a los populares. Ciudadanos se deja cinco décimas en solo una semana y cae a 18 diputados, dos menos que antes de la sentencia del Supremo.
Los jirones de Iglesias y Errejón
Pablo Iglesias también se deja algunos jirones esta semana. Ante el caos, la demanda mayoritaria ha sido de orden y estabilidad, y esa no es la imagen de Unidas Podemos. La formación de Iglesias, con sus confluencias correspondientes, pierde siete décimas en la última semana, y se deja un diputado más, al pasar de 32 a 31. A la candidatura de Íñigo Errejón le pasa algo parecido. Sus altas expectativas han ido bajando, y solo lograría cuatro diputados, con un 3,7 por ciento de voto.
El enfrentamiento de ERC con Torra ha beneficiado al partido de Junqueras y Rufián, que en una semana gana casi un punto más en estimación de voto y lograría 16 diputados. No es cualquier cosa, pues después de las elecciones, si el PSOE gana podría mirar a ERC, junto a Unidas Podemos y Más País, para intentar un acuerdo de izquierda. Sumarían 174 diputados. El papel del PNV, con siete escaños, sería también fundamental, aunque se abstuviera.
Información de ABC, El País