El presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, aseguró que el Gobierno y la sociedad uruguaya trabajan para "derrocar cualquier foco de impunidad" de las graves y sistemáticas violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura cívico militar en ese país entre 1973 y 1985.
"Estamos trabajando para derrocar cualquier foco de impunidad en Uruguay, estamos trabajando por la verdad y la justicia, porque hubo una dictadura en mi país que causó muertes, raptos, desapariciones, y lo que hoy busca el pueblo uruguayo no es venganza, sino verdad y justicia para que nunca más exista terrorismo de Estado", indicó en su discurso ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU (CDH).
Vázquez, el primer presidente de Uruguay en dirigirse a este foro, admitió durante su discurso en la apertura de la trigésima quinta sesión del CDH que ese trabajo lo "hacemos con limitaciones, con dificultades y hasta con errores", pero que ello no impide avanzar en ese frente con la sociedad en su conjunto.
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"Estamos y continuaremos trabajando para esclarecer zonas oscuras del pasado reciente en mi país en materia de graves y sistemáticas violaciones a los derechos humanos cometidos en el marco del terrorismo de Estado que padeció lamentablemente Uruguay y para que las mismas nunca más se repitan en nuestro país", sostuvo.
Vázquez indicó que, más allá de los deberes que tiene el país sudamericano aún al respecto, en Uruguay la "democracia funciona y los derechos también".
La agenda de su Gobierno se fundamenta en tres pilares: igualdad, solidaridad y acceso universal a los derechos humanos, dijo.
Esa política no solo se aplica en términos de reconocimiento de los derechos, sino también en la distribución y sus obligaciones correlativas en la sociedad, sostuvo.
Uruguay, que ha presentado su candidatura a integrar para el periodo 2019-2021 el CDH, formado por 47 países en aplicación de un mecanismo rotatorio, dijo que el compromiso con la dignidad con todos y cada uno es un posicionamiento ético-político que en el mundo actual cabe recordar.
"En un mundo que por momentos se parece demasiado a un hospital psiquiátrico administrado por sus propios pacientes, no está de más reivindicar la sensatez", sostuvo.
Vázquez reivindicó la libertad y la democracia, la política como práctica social y el debate de ideas civilizado, y sostuvo que las políticas admiten diferentes miradas válidas y necesarias pero deben tener un mismo fin: la dignidad humana de "absolutamente todas las personas".
Para Vázquez, la única razón de ser de un Estado y su única fuente de legitimidad "es la realización de los derechos humanos para todas personas" e incluso el crecimiento económico no es un fin en sí mismo, "sino un medio para la dignidad" de todos.
Reivindicó asimismo la centralidad del trabajo, porque la principal política de inclusión e integración social es el trabajo formal y decente, también porque dignifica y confiere identidad y sentido de pertenencia a la sociedad.
El mandatario uruguayo defendió la "sociedad de iguales" que reconozca no obstante el valor de la singularidad y subrayó que "no hay derechos sin obligaciones correlativas.
Por último, el presidente uruguayo pidió "no hipotecar" los derechos de las generaciones futuras.
Vázquez también acudió hoy a un centro de estudios en Suiza para pronunciar un discurso sobre las enfermedades no transmisibles, cuyos principales factores de riesgo son el tabaco, la inactividad física, la dieta malsana y el consumo abusivo del alcohol.
Médico especializado en oncología, Vázquez dijo que Uruguay persistirá en sus esfuerzos para reducir el consumo de tabaco con nuevas medidas que incluirán el empaquetado plano en los próximos meses y la prohibición de fumar a menos de 200 metros de centros escolares y hospitales.
Uruguay es considerado un pionero a nivel mundial en la lucha contra el tabaco, no sólo por haber sido el primer país que aplicó de manera más completa el Convenio Marco para el Control del Tabaco, sino por el litigio que por esta razón presentó la firma Phillip Morris y que ganó después de seis años.
Fuente: EFE