El planteamiento del Partido Popular de tratar de seducir a las formaciones, especialmente al PSOE y a Ciudadanos, por las propuestas políticas choca de momento con un muro de piedra. El apoyo a la investidura de Mariano Rajoy, al menos con la abstención del PSOE y el voto afirmativo de Ciudadanos, si es que llega a producirse no tendrá como base un acuerdo programático a la manera del que alcanzaron Pedro Sánchez y Albert Rivera. Ambos partidos reconocen que su disposición al diálogo y a la negociación es absoluta, pero cuando empiece la legislatura, no ahora.
El documento presentado por el PP al resto de partidos para abrir una negociación que permita la investidura de Mariano Rajoy no ha surtido así ningún efecto en los principales aludidos, el PSOE y Ciudadanos, que rechazan negociar con los populares y no ven en ese texto ningún motivo para cambiar su posición de partida. Ciudadanos "no va a entrar en una negociación para la investidura [de Rajoy]. Ya ha tomado una decisión a ese respecto", señalan a EL PAÍS fuentes de la dirección del partido, que juzgan, además, el documento que les ha enviado el PP como "muy genérico y poco ambicioso". La Ejecutiva de Ciudadanos decidió el miércoles que sus 32 diputados se abstengan en la segunda votación de investidura de Mariano Rajoy. El PSOE dice que, "a día de hoy", votará no.
En el PSOE no quieren entrar en analizar los contenidos, porque es contrario a su estrategia, pero en una primera aproximación señalan que se trata de una síntesis del programa del Partido Popular, pero, además, con escasa concreción. En el PSOE, sobre todo, se quedan con "el programa que ha aplicado durante su legislatura, y que tanto sufrimiento ha ocasionado a los ciudadanos de este país", señalan fuentes oficiales. Si el PSOE rechaza un Gobierno de coalición con el PP o cualquier colaboración desde fuera es precisamente "por las políticas".
Los socialistas pondrán sus alternativas cuando empiece la legislatura y tratarán de forjar mayorías con el resto de los grupos parlamentarios para llevar a cabo reformas de calado. En ese momento sí habrá negociación, también con el PP, pero no antes. No consideran un mérito, sino una necesidad que la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, haya señalado que el documento está pensando para negociar y para ser modificado. Tendrá que ser cuando Mariano Rajoy sea presidente y la legislatura comience, si es que esto ocurre, toda vez que nada se podrá negociar si el presidente del Gobierno en funciones no es investido
La propuesta por escrito de los populares, basada en su programa electoral, no contiene novedades significativas respecto a sus compromisos del 20-D y del 26-J, salvo un par de gestos a Ciudadanos. Rajoy ha buscado el acercamiento a Rivera en el documento programático que ha planteado, abogando por un acuerdo nacional por la educación y con guiños al contrato único, una de las propuestas estrella de Ciudadanos. El PP no contempla una reforma constitucional como solución a la crisis política e institucional en Cataluña.
"Es más que nada una declaración de intenciones, que no concreta y que no aborda las reformas que hay que llevar a cabo y que necesita este país", valoran en Ciudadanos. El partido de Rivera no rechaza negociar con los populares, pero a partir de que un presidente sea investido, no antes. "Lo que sí va hacer Ciudadanos es sentarse desde el minuto uno de la legislatura a negociar con nuestro programa de reformas, con el programa de reformas de Ciudadanos, que es más ambicioso y concreto, y que intentaremos sacar adelante si se pone en marcha la legislatura", aseguran fuentes de la dirección del partido. El problema sigue siendo que, sin esa negociación previa a la investidura que rechazan los dos principales partidos interpelados por el PP, no hay forma de que Rajoy sea investido presidente.
Ciudadanos sigue defendiendo que la solución pasa por que se entiendan PSOE y PP. Albert Rivera ha expresado esta mañana su disposición a "mediar" entre ambos. "Yo estoy dispuesto a mediar y a echar un cable para que este país se ponga en marcha", ha asegurado el presidente de Ciudadanos en varias entrevistas en radio y televisión, pero al final "depende de ellos". Rivera ha pedido al jefe del Ejecutivo en funciones que intente conseguir la abstención socialista, y al PSOE, que permita un Gobierno del PP en minoría.
La dirección de Podemos, por su parte, ni siquiera se plantea sentarse a negociar con el PP. Y rechaza hacerlo sobre la base de cualquier documento presentado por el partido de Mariano Rajoy. "Que gobernase el PP sería un desastre para los sectores trabajadores y humildes de este país", ha resumido este jueves la diputada Irene Montero, jefa de gabinete de Pablo Iglesias. El propio Iglesias asegura que con el PP no iría "ni a la vuelta de la esquina" y lleva días dejando claro que, bajo ningún concepto, permitiría que Rajoy siga en La Moncloa. "Le he explicado que nosotros preferíamos un Gobierno distinto, de signo progresista, sin el PP, pero que si finalmente Rajoy logra convencer al PSOE, nosotros ocuparemos el papel de oposición", afirmó el secretario general de Podemos el pasado martes tras reunirse con el presidente en funciones.
Toda la estrategia de la formación, de hecho, gira en torno a la polarización con el PP. La confrontación con Rajoy llevó a Iglesias a presentarse como única alternativa a los populares durante la campaña electoral del 26-J, aunque finalmente ese discurso acabara beneficiando a su adversario. Y en su disputa con el PSOE por el espacio político de la izquierda, Podemos aún trata de empujar a Pedro Sánchez hacia el PP para arrogarse el papel de líder de la oposición en el Parlamento.
Con información de El País de España