El Político.- Venezuela es el país del mundo con mayores reservas de petróleo, pero el empobrecimiento de sus habitantes les ha abocado a tener que empeñar sus pertenencias para poder comer.
Las persona utilizan sus joyas para conseguir dinero ante una emergencia; hoy el valor de las prendas, en muchos casos, se traduce en una bolsa de comida.
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— El Político (@elpoliticonews) March 14, 2018
Tal es el caso en particular lo que se vive en el estado Vargas, donde seis de cada 10 varguenses empeñan sus prensas para poder comprar comida, y no llegar con las manos vacías a su casa, el gramo de oro ronda por los cuatro millones 500 mil bolívares, mientras que la plata está en 30 mil bolívares.
“Enero siempre ha sido el mes que registra una mayor cantidad de clientes empeñando o vendiendo sus prendas, porque están asfixiados con los gastos. Pero ahora eso es todos los días”, comentó el encargado de un establecimiento en Maiquetía al diario La Verdad.
Mientras Maduro se da la gran vida en Miraflores y regaló a diestra y siniestra un bono mísero de 700 mil bolívares a algunos venezolanos, los bolsillos de los ciudadanos se empobreció un más. La hiperinflación sigue su curso y con ella el pírrico sueldo mínimo termina siendo interminablemente insuficiente que antes.