Tras la ronda de consultas con los principales líderes políticos españoles, Felipe VI propone de nuevo al líder del PSOE como candidato a la investidura, a expensas de que logre los apoyos necesarios
El Político
El Presidente en funciones convoca a todos los partidos para ganar tiempo en su negociación oculta con ERC
El Rey ha encargado este miércoles a Pedro Sánchez que busque los apoyos para una investidura que aún no tiene fecha. El presidente en funciones, que ganó las elecciones y es el único en condiciones de formar una mayoría, transmitió a Felipe VI que cree que podrá lograr los votos necesarios y el jefe del Estado actuó en consecuencia.
Sánchez, sin embargo, no tiene aún cerrados esos apoyos. Le falta sobre todo la abstención de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Para lograrla, Sánchez dio un paso inesperado: anunció que hablará con “todos los presidentes autonómicos”, esto es, retomará el diálogo con Quim Torra, algo que reclaman los independentistas.
Sánchez ha decidido moverse en todas direcciones para buscar la investidura. El lunes se verá por separado con Pablo Casado, del Partido Popular, e Inés Arrimadas, de Ciudadanos, a quienes pedirá la abstención. Y Adriana Lastra, la portavoz parlamentaria del PSOE, se reunirá “con todos los partidos políticos del Congreso”, según el presidente, lo que comprende también a EH Bildu y Vox, hasta ahora excluidos de estas rondas.
“Este encargo es consecuencia del mandato expresado por los españoles de forma mayoritaria. Lo asumo con honor y gratitud. Los ciudadanos quieren que gobiernen los socialistas, no hay alternativa posible. En cinco procesos electorales este año ha ganado el PSOE. Todos debemos actuar con responsabilidad”, señaló Sánchez como mensaje no solo a ERC, sino también al PP y Cs para que se abstengan y permitan la investidura.
Ahora el líder socialista tiene que afrontar las negociaciones para garantizar su éxito. Ya ha avanzado para comprometer los apoyos de Unidas Podemos, PNV, Más País, Compromís, BNG, PRC Nueva Canaria y Teruel Existe, pero falta cerrar el más difícil: la abstención de ERC. El PP dejó claro que su voto será negativo.
El ritual se cumplió
La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, se reunió con el Rey una vez finalizada la ronda con los líderes políticos. Este le transmitió que Sánchez había recibido el encargo. En manos de Batet está ahora fijar la fecha de la sesión de investidura. Todo dependerá de cuándo Sánchez comunique a la presidenta del Congreso que dispone de los respaldos necesarios.
Al contrario de lo que hizo en julio, el presidente del Gobierno en funciones ha decidido que esta vez no acudirá a un pleno de investidura hasta que no tenga el éxito garantizado. Si la investidura resultase fallida, sería la tercera vez que el candidato socialista pasara por ese amargo trance. Sánchez no quiso adelantar ningún posible calendario.
Si no llegase a haber una primera sesión de investidura, los plazos para celebrar nuevas elecciones desde ese acto parlamentario no empiezan a correr y Sánchez podría ser presidente en funciones eternamente.
La legislación no prevé otra opción. Para que haya nuevas elecciones tiene que haber primero una sesión de investidura y que el candidato lo intente a lo largo de ocho semanas. Transcurridas, los comicios se convocan automáticamente.
Acuerdo cerrado
El PSOE tiene cerrado ya el apoyo de Unidas Podemos y ambos están manteniendo una gran reserva sobre el contenido de sus acuerdos. Más secretismo aún hay alrededor de las negociaciones con ERC. Con estos, los socialistas tienen que extremar el cuidado para que todos los compromisos a los que lleguen con los independentistas no hagan saltar los resortes del marco constitucional.
Los republicanos, por su parte, tampoco pueden dar muestras de excesivo acercamiento al PSOE, vigilados como están por Junts per Catalunya, que ya ha declarado su voto de rechazo.
ERC ha dejado claro que no tiene prisa para cerrar el acuerdo que garantizaría su abstención y permitiría la investidura de Sánchez. Está pendiente de su congreso, entre otros acontecimientos, que se celebrará el próximo 21 de diciembre.
Sin sorpresas
Las comparecencias de los representantes de los grupos políticos tras sus audiencias con el Rey no aportaron novedades. Todos se reafirmaron en sus posiciones. Podemos, Izquierda Unida y En Comú Podem dejaron claro que forman parte de la negociación para un gobierno de coalición, por lo que están en el mismo barco que el PSOE.
El PNV no aclaró aún su postura, aunque se inclina por facilitar el desbloqueo. El líder del PP, Pablo Casado, subrayó que en ningún caso buscará algún tipo de entendimiento con los socialistas. Su solución para que la investidura no dependa de los independentistas sería responsabilidad de otros grupos: Casado invitó a abstenerse a Ciudadanos y Navarra Suma, la coalición de los partidos de derecha en esa comunidad autónoma.
Los aliados del PSOE metieron presión a Esquerra para que acelere las negociaciones a fin de despejar el panorama cuanto antes. El portavoz de En Comú Podem, Jaume Asens, lo manifestó en tono grave: “Cada día que pasa sin gobierno es un día más que los enemigos del gobierno se organizan. Es tiempo que gana la derecha y la extrema derecha”.
Se ha perdido la emoción
Durante estos últimos años, en España las rondas de consultas del Rey para nominar al candidato a la investidura han sido un momento institucional relevante, emocionante.
Del aburrido menú casero de las grandes mayorías bipartidistas se había pasado a las modernas salsas de los nuevos partidos. La decisión de Felipe VI se convertía en algo trascendente. Incluso incierto.
Cuatro años después, con el país bloqueado desde abril, dos elecciones consecutivas (que se acumulan a las sucesivas de 2015 y 2016) y siete rondas para designar un candidato a la investidura de por medio, el rey Juan Carlos protagonizó 10 en sus casi cuatro décadas de reinado, no es difícil entender el hastío de los ciudadanos, su desconexión con la realidad política, su incomprensión ante tantos y distintos acontecimientos.
Pero el funcionamiento del Estado ha seguido su curso. Y tras dos días recibiendo en el palacio de la Zarzuela a los dirigentes con representación parlamentaria, Felipe VI encargó este miércoles a Pedro Sánchez la formación del Gobierno.
En palabras de la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, "Sánchez es el único candidato con posibilidad de sumar para que salga adelante la investidura, y en ese sentido ha hecho su propuesta el Rey".
Efectivamente, la candidatura del dirigente socialista parece la única viable a día de hoy, pero se trata de una designación en el vacío, pues aún no existe un colchón, una red de apoyos garantizados que asegure que no habrá una investidura fallida.
Sánchez tiene cerrado un acuerdo de coalición de gobierno con Pablo Iglesias, de Unidas Podemos (UP) y está negociando la abstención de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) para conseguir superar la investidura. Pero los independentistas han pedido tiempo. Y el presidente en funciones parece decidido a concedérselo.
"El qué y no el cuándo"
Sin fecha ya estimada para fijar el pleno, ni antes de Navidad, ni antes de fin de año, Sánchez defendió en la noche de este miércoles, en una comparecencia en La Moncloa tras su nominación por el monarca, "que lo importante es el qué y no el cuándo". El horizonte ahora más cercano es enero. Insistió en que “No puede ni debe haber terceras elecciones”.
Este tiempo servirá no sólo para que se acabe de muñir el acuerdo con ERC, también para que se aclare la cuestión judicial de la inmunidad de Oriol Junqueras y cómo esta decisión puede afectar a Carles Puigdemont y a sus opciones de que él sí pueda convertirse en eurodiputado, y para que se concrete si una posible inhabilitación del presidente de la Generalitat, Quim Torra, propicia unas nuevas elecciones en Cataluña.
Mientras todas estas cuestiones, muy relevantes para la decisión final que adopte ERC se solucionan, el presidente en funciones se volcará en una serie de contactos, que deberían arrojar luz al problema de la ingobernabilidad de España.
Anunció que el lunes 16 de diciembre convocará en el Congreso al presidente del PP, Pablo Casado, y a la portavoz de Ciudadanos, Inés Arrimadas. Este último encuentro, solicitado de manera reiterada por ella.
Tras estas dos citas, la vicesecretaria general del PSOE y portavoz en el Congreso, Adriana Lastra, se reunirá con "todos" los partidos políticos. Esto supone que por primera vez se incluye a Bildu, Vox y la CUP. Los socialistas ya no hacen excepciones ni cordones sanitarios.
De manera paralela, Pedro Sánchez llamará a todos los presidentes autonómicos. Este anuncio supone recuperar la interlocución con Torra, con quien el jefe del ejecutivo no habla desde hace meses y a quien se niega a coger el teléfono desde los episodios de violencia que se produjeron en distintas ciudades catalanas tras la sentencia del procés.
Sánchez defiende el acuerdo con ERC
El reconocimiento de Quim Torra, presidente de la Generalitat, es una de las cuestiones que reclama ERC. También la constitución de una mesa de diálogo entre la Generalitat y el Estado para iniciar un proceso de diálogo en el que abordar el "conflicto político" en Cataluña.
En su comparecencia, se le preguntó a Sánchez por el mecanismo institucional en el que asentar esta demanda, y el presidente en funciones rehusó contestar. Sólo reiteró lo que ha dicho hasta ahora: "Todo acuerdo será público y estará dentro del marco constitucional".
Sánchez agradeció a ERC que se haya prestado a negociar su abstención, pero no quiso "poner adjetivos" sobre el desarrollo de las conversaciones. "Estamos avanzando", reveló. Pero las negociaciones deben ser "discretas" para que "lleguen a buen puerto".
Esto supone reconocer que confía en esta vía para la investidura, aunque pide al PP y a Ciudadanos que "abandonen el bloqueo". De hecho, este mensaje ambivalente, repetido en algunos de sus últimos actos, no acababa de entenderse.
Fuentes del gobierno explican que no van a renunciar a desgastar a la oposición por su negativa a apoyarles. En esta clave parecen producirse los llamamientos a colaborar en la gobernabilidad de estos dos partidos.
El PSOE, dijo, "espera que no haya terceras elecciones, no puede y no debe haber". Porque la alternativa es "o gobierno o desgobierno". Y el Gobierno en estos momentos sólo pasa por la abstención de ERC. Sánchez aseguró que él quiere "cuanto antes", pero, apostilló, "no depende de nosotros".
El PP en contra
El líder del PP, Pablo Casado, ha reiterado al Rey su rechazo a la investidura de Pedro Sánchez. Casado ubica al líder socialista fuera de la Constitución por su negociación con los independentistas. "Ha unido su destino al de Torra y Junqueras y el PP no puede unir su destino a él", ha declarado en la rueda de prensa posterior a su encuentro con Felipe VI.
El PP, ha insistido, es "la alternativa sistémica al PSOE" y facilitar la investidura del gran rival dejaría el futuro del país "en manos de Vox y de Podemos". El presidente popular ha explicado que, además, al no tener una mayoría alternativa en la Cámara, no tendrían ninguna garantía de que Sánchez fuera a cumplir los acuerdos a los que pudieran llegar, y ha señalado que hay otras opciones que no pasan ni por sus siglas ni por los independentistas. Se refería Casado a un pacto entre el PSOE, Podemos y Ciudadanos.
El presidente popular ha asegurado que si Sánchez fracasa ahora "debe irse", y ha insistido en que si la negociación que ha emprendido no fructifica, "el PP no es sustituto de ERC o de Podemos".
Casado ha acusado al líder socialista de "despreciar" a sus filas al no responder a su llamada, pese a que el presidente popular dejó claro desde el principio que no sería "comparsa" del PSOE, y al Rey, al "autoproclamarse candidato" y anunciar la composición de su gobierno" (en alusión a la vicepresidencia para Pablo Iglesias), mientras el monarca estaba de viaje en Cuba.
Propuesta de Ciudadanos
Por su parte, Inés Arrimadas, portavoz de Ciudadanos, ha planteado al Rey su vía alternativa para evitar un pacto del PSOE con Unidas Podemos y los nacionalistas. Arrimadas ha explicado en su comparecencia que llamará este miércoles a Pedro Sánchez para insistirle en que se avenga a una reunión a tres (PSOE, PP, Cs) para explorar un pacto alternativo. La portavoz ha subrayado que no va a permitir la investidura de Sánchez con sus 10 diputados si no es con el acuerdo que ella propone.
"Se descarta absolutamente que Cs no solo viole sus principios con Iglesias como vicepresidente, sino que alumbre un gobierno que sí o sí va a requerir una sopa de letras". Arrimadas ha resaltado que, aunque sus votos impidieran el apoyo de ERC, la coalición de Sánchez e Iglesias seguiría necesitando a más partidos para sacar adelante cada ley.
En Cs insisten además en que no están dispuestos a la salida Valls, esto es, abstenerse ante el acuerdo PSOE/UP para evitar que dependa de ERC. Tampoco a la llamada vía 130, esto es, un acuerdo de socialistas más Ciudadanos (que suman 130 escaños) en el que se abstuviera el PP. "Cualquier otra fórmula no da estabilidad a la legislatura", ha subrayado Arrimadas.
Presionan el acuerdo
Ante la negativa de PP y Cs, Podemos y el resto de partidos minoritarios han animado al PSOE y a ERC a cerrar su acuerdo cuanto antes. "Cuando viene el invierno, los marineros del norte de Europa suelen decir que si no se avanza, el mar Báltico se hiela. Las conversaciones para la investidura de Pedro Sánchez, más teniendo en cuenta las temperaturas de estos días en Madrid, se pueden helar si no se les pone un cierto ritmo".
Jaume Asens, el portavoz de En Comú Podem, ha echado mano de esta metáfora para presionar a ERC con el objetivo de que haya investidura antes de Navidad. El socio de Pablo Iglesias alerta a los republicanos catalanes de que el tiempo juega en contra del acuerdo y pide más reuniones al PSOE y ERC para tratar de acelerarlo.
En Comú Podem creen que si el acuerdo se retrasa a enero, la cercanía de un posible adelanto electoral en Cataluña puede alejar más un pacto entre ERC y el PSOE, por la competición electoral entre los partidos independentistas. Asens ha emplazado a la "responsabilidad" y al "sentido del pragmatismo" de ERC.
"Estamos viendo una reunión por semana. Hay que reunirse más", ha emplazado Asens a socialistas y republicanos, en su comparecencia tras verse con Felipe VI. El Rey ya ha concluido la última ronda de consultas para la investidura.
Más prudente se ha mostrado Pablo Iglesias asegurando que "más tarde o más temprano habrá acuerdo”, ha asegurado tras verse con Felipe VI. “Queremos que haya un gobierno pronto pero no depende sólo de nosotros”, precisó.
Esa prudencia y cautela ha sido la que exhibió al comparecer en el Congreso de los Diputados para referirse a cómo va el diálogo entre el PSOE y ERC. “Máximo respeto para esos dos partidos; pero sí creo que los dos están poniendo mucho de su parte”.
Las comparecencias de los grupos políticos que se han reunido con el Rey no han dejado novedades en las posiciones de los partidos para la investidura de Pedro Sánchez. Por la sala de prensa del Congreso de los Diputados han desfilado los socios de Podemos, Izquierda Unida y En Comú Podem, Junts per Catalunya y Ciudadanos. El PNV también ha acudido a La Zarzuela pero no ha comparecido después de la cita.
Escenario invariable
El escenario, tras las declaraciones de todos ellos, sigue invariable: Junts descarta abstenerse ante el acuerdo de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos, de la misma forma que Ciudadanos, que plantea una vía alternativa de acuerdo entre el PSOE, el PP y su partido, aunque ni socialistas ni populares han dado muestras de pretenderlo.
En línea con la alianza catalana de Podemos, el líder de IU, Alberto Garzón, ha lanzado un aviso a los independentistas: “Un gobierno de derechas lo único que haría sería ahondar en el problema territorial y social. Este gobierno es el único posible para resolver estos problemas de largo arraigo, y que no podemos abordarlos con ingenuidad”.
El dirigente de IU ha evitado, a diferencia de Asens, presionar con los tiempos. Además ve con "optimismo" las negociaciones de los socialistas y republicanos y pide tener “paciencia” sobre estos contactos.
La representante de Junts per Catalunya no se ha dado por aludida. El partido de Quim Torra y Carles Puigdemont no se ha movido "ni un ápice" y sigue en el no a la investidura de Pedro Sánchez, ha expresado Laura Borrás. La portavoz de la formación ha señalado que ha estado una hora reunida con el Rey "discutiendo" y ha insistido en reclamar un mediador internacional y el derecho de autodeterminación en Cataluña. Borrás ha afirmado que la existencia de "presos, exiliados y represaliados" en Cataluña "no facilita" que la negociación con el PSOE pueda ir adelante.
Aunque vote en contra de la investidura de Sánchez, Junts per Catalunya ha decidido al menos no poner palos en las ruedas ante una eventual abstención o apoyo de ERC. Los neocovergentes retiraron el martes una moción sobre la autodeterminación que iba a votarse en el Parlamento catalán porque los republicanos se lo pidieron para no entorpecer las negociaciones. Borrás ha subrayado, no obstante, que la moción no se ha retirado, sino que solo ha sido pospuesta, y que volverán a presentarla el viernes. Sin embargo, la iniciativa no se debatirá hasta la primera o segunda semana de enero, lo que podría llegar después de que ya haya gobierno.
Sánchez acepta reunirse
Y en ese marco, y pese a que el PSOE está negociando con ERC, Sánchez ha anunciado que el lunes se reunirá en el Congreso de los Diputados con Pablo Casado e Inés Arrimadas. Por separado. Hasta ahora y desde el 10-N el presidente en funciones había rechazado encuentros con ellos, incluso conversaciones.
Además, la portavoz socialista, Adriana Lastra, se reunirá con «todos» los grupos parlamentarios con presencia en el Congreso. Sánchez también ha anunciado que llamará a todos los presidentes autonómicos.
Este último formato no es usual en el marco de una investidura. Pero tiene un fondo clave. El independentismo reclama que se acepte al presidente de la Generalitat, Quim Torra, como interlocutor. Algo que Sánchez se estaba negando a hacer. Había rechazado sus llamadas y lo instaba a condenar la violencia. Pero ahora recuperará la vía de comunicación con él a través de esta ronda de llamadas.
El presidente en funciones ha dicho que agradece la "actitud" del partido de Oriol Junqueras (ERC).
(Con información de ABC, El País y El Mundo)