El temor a un "Brexit duro", en el que el Reino Unido anteponga el control de las fronteras a las ventajas del mercado único, ha vuelto a desplomar la libra esterlina a niveles no vistos desde hace tres décadas, lo que a su vez ha contribuido a disparar al alza la Bolsa de Londres.
La divisa británica llegó a cotizar durante la sesión en 1,2746 dólares, el nivel más bajo desde 1985 frente al billete verde, y 1,1365 euros, mínimo desde 2011, coincidiendo con el mensaje lanzado por la primera ministra británica, Theresa May, de que el Reino Unido será "ambicioso" al negociar las condiciones para abandonar la Unión Europea (UE).
Desde que el domingo comenzó en Birmingham (Inglaterra) el congreso anual del Partido Conservador, donde May ha anunciado que la desconexión con el bloque común comenzará de forma oficial antes del fin del primer trimestre de 2017, la libra ha perdido cerca de un 1,7 % de su valor respecto al dólar.
La percepción de que el Gobierno "no está trabajando para dar un tratamiento favorable al sector de los servicios financieros británicos", una vez se rompan los lazos con Bruselas, es uno de los motivos que explican la caída de la libra, señaló a Efe Jasper Lawler, economista de la firma CMC Markets.
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De forma paradójica, el desplome de la divisa británica ha llevado al FTSE-100, el índice principal en la Bolsa de Londres, a superar durante la sesión la barrera de 7.100 puntos por primera vez desde abril, antes del referéndum sobre el "brexit", y a cerrar en 7.074 puntos, apenas 30 unidades por debajo de su récord histórico.
"La libra está sufriendo los efectos de las promesas de Theresa May sobre el brexit", si bien esa "prolongada caída ha contribuido a elevar el valor de las multinacionales que componen el ‘footsie'", detalló Connor Campbell, analista financiero de Spreadex.
Por un lado, la depreciación de la divisa británica ha favorecido los balances de las compañías extranjeras que cotizan en el índice de Londres, así como a las firmas del Reino Unido con gran parte de su negocio fuera del país, cuyas ventas suelen registrarse en dólares.
Según los expertos, cerca de tres cuartas partes de los beneficios de las compañías del FTSE-100 provienen de operaciones fuera del Reino Unido.
Por otro lado, el sector industrial británico ha visto un aumento en los pedidos para exportar sus productos a mercados como Asia, Estados Unidos y países emergentes, gracias a la fortaleza de otras divisas respecto a la libra.
Ese escenario se ha visto reflejado en el incremento en el valor de las acciones de firmas como el fabricante de motores Rolls-Royce y el gigante aeronáutico y de defensa BAE Systems.
También ha comenzado a reflejarse en índices económicos como el de Markit/CIPS, de referencia en los mercados, que señala que el sector manufacturero británico se ha recuperado del bache que sufrió poco después de la consulta sobre el "brexit" y registró en septiembre su mayor nivel de crecimiento en los últimos dos años.
Los expertos creen que la inercia a la baja de la libra continuará en las próximas semanas y podría llegar a cotizar entre 1,20 y 1,25 dólares a final de año, aunque ven todavía lejos el mínimo histórico respecto al billete verde, 1,05 dólares, que se alcanzó en marzo de 1985.
Los economistas advierten sin embargo de que la incertidumbre del "brexit" podría pasar factura a la Bolsa durante los dos años que durarán previsiblemente las negociaciones entre Londres y Bruselas, al tiempo que alertan de que el alza en los mercados no tiene por qué coincidir con una bonanza para las finanzas del Reino Unido.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha ampliado en su último informe su previsión de crecimiento del país en 2016, hasta el 1,8 %, pero ha recortado en cambio sus perspectivas para 2017, cuando el PIB británico se ralentizaría hasta el 1,1 %.
Con información de EFE