El tiempo transcurre y cada vez está más cerca la fecha del 1 de junio, con el agravante de que no se vislumbra un acuerdo entre el gobierno del Presidente Biden y el partido Republicano para ampliar el techo de la deuda.
Mario Augusto Beroes Ríos/El Político
Esto traería consecuencias catastróficas, no solo para los Estados Unidos, sino para todo el mundo, en lo económico y en lo social
¿Cuál es el problema?
Kevin McCarthy, vocero de la Cámara de Representantes, dio a conocer a los integrantes de dicho partido que "no está cerca de un acuerdo de límite de deuda bipartidista con Biden.
Las declaraciones del miembro del partido Republicano por California muestran la preocupación por un posible estancamiento a 7 días del 1 de junio.
“No estamos ni cerca de llegar a un acuerdo”, dijo McCarthy a los republicanos. “Necesito que todos ustedes, integrantes de pasen el rato conmigo”.
Aunque las negociaciones sobre el techo de la deuda se han acelerado en las últimas semanas, tomando en cuenta la fecha límite o "X", del 1 de junio, fijada por la Secretaría del Tesoro, que es cuando Estados Unidos ya no podrá pagar sus cuentas y probablemente incumpla su deuda de $ 31,4 billones, no hay por los momentos, asomo de acuerdo.
Biden y McCarthy culminaron una reunión el lunes por la noche. Ambos coinciden en un "acuerdo o compromiso bipartidista", incluso cuando se aferran a políticas que exponen las divisiones entre los dos partidos, pero no pareciera culminar dicho acuerdo en buenos términos.
McCarthy, quien sabe que hay varios copartidarios renuentes a un acuerdo, ya ha expresado que "el partido debe estar atento y preparado para las deserciones". Sin embargo, ve un camino tenso hacia un acuerdo de límite de deuda.
Demócratas molestos
Por su parte, los demócratas de la Cámara de Representantes están molestos porque la Casa Blanca no está presionando más para aumentar los impuestos para los ricos, como parte de las conversaciones sobre el techo de la deuda, y esta molestia se incrementa porque el debate sobre la reducción del déficit se ha centrado en la insistencia de los republicanos en recortes drásticos del gasto sin una compensación recíproca de nuevos ingresos.
Si bien Biden ha insistido en incrementos de impuestos a los estadounidenses con mayor poder adquisitivo, como parte de las negociaciones, no llegó a exigir tales disposiciones en la posibilidad de conseguir un eventual acuerdo.
Tampoco hay señales de que los funcionarios de la Casa Blanca encargados de las negociaciones, presionen a los líderes republicanos sobre el tema. De hecho, McCarthy ha rechazado nuevos ingresos, diciendo que no son parte de las conversaciones.
Los críticos del partido gubernamental dicen que la combinación genera una negociación desequilibrada, en la que se les pide a los demócratas que acepten los recortes y propuestas, mientras que los republicanos no estarían obligados a ceder en nada.
“Eso es lo que no podemos aceptar; es algo que apesta”, dijo el representante Bill Foster (D-Illinois). “Deberíamos tener una proporción de 1 a 1 entre ingresos y recortes”.
Conclusión algo pesimista
A medida que los fondos se agotan, la Secretaría del Tesoro está sondeando a las agencias, contratistas y acreedores si los pagos se les pueden realizar con cierto retraso. Por otra parte, la Corte Suprema se prepara para establecer un enfrentamiento legal en base al argumento de la Enmienda 14 del límite de la deuda.
La educación superior comienza a desesperarse al ver cómo se agota el límite de la deuda en Washington.
Los colegios y universidades están elaborando planes de contingencia ante la posibilidad de que EEUU entra en mora, lo que implica un escenario que llevaría a consecuencias, que incluso los expertos dicen "no manejar por completo".
Si bien las escuelas no cerrarían de inmediato durante un incumplimiento, no se recibirían fondos del gobierno federal y los estudiantes quedarían sin profesores, de cuya asistencia dependen para continuar sus estudios.
Otro punto ses el tema habitacional, donde los legisladores discutieron ciertos argumentos con la directora de la Administración Federal de Financiamiento de la Vivienda, Sandra Thompson, después de que la agencia implementara controvertidas actualizaciones de precios de hipotecas que, según los críticos, castigarán a los prestatarios con altos puntajes crediticios.
Los miembros del Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes la interrogaron sobre las controvertidas tarifas hipotecarias iniciales para préstamos respaldados por administradores federales que ahora impone la agencia.
Los republicanos, incluido el presidente del comité Patrick McHenry (Rep N.C.), dicen que los nuevos precios cobran de más a los prestatarios con buen crédito para subsidiar a los solicitantes más riesgosos.
Pero Thompson les dijo a los legisladores que los conceptos erróneos sobre la tabla de precios actualizada se basan en informes de prensa engañosos.