En la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, el canciller de Juan Guaidó, Julio Borges, confirmó que su gobierno había estado en contacto con el Kremlin. “Nada formal”, apuntó para quitarle importancia al asunto, reseñó Al Navío.
El Político
Sin embargo, el enviado especial para Venezuela del presidente Donald Trump, Elliott Abrams, ofrece otra versión, destaca el portal.
“Ha habido contactos entre el gobierno interino y los rusos. Y creo que más contactos, conversaciones serían bastante útiles”, dijo el martes a la Voz de América, para luego el jueves ampliar su análisis en entrevista con el Miami Herald:
“El juego ruso es muy interesante. Se están reuniendo con la gente de Guaidó. Es un modo interesante de cubrir todas sus apuestas. Y habrá más reuniones. Sabemos que se han planeado más reuniones que han sido aceptadas por los rusos. Están tratando de mantener, podría decirse, una puerta abierta a la oposición porque saben que pueden llegar al poder y que el régimen de Maduro es inestable”.
Abrams fue más allá y aseguró que las primeras reuniones entre Guaidó y Rusia se dieron en abril. “Debían ser secretas, pero luego el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia [Serguéi Lavrov] las hizo públicas”.
También las hizo públicas el vicecanciller de Exteriores, Serguéi Riabkov. “Tuvimos contactos, una comunicación de ida y vuelta”, declaró al diario El País en julio. “Sin embargo, decir que mantenemos un diálogo o contactos directos sería presentar nuestra postura de manera equivocada”.
Como se ve con las declaraciones de Abrams, Estados Unidos estaba al tanto de los contactos de Guaidó con Moscú. Y como se ve también, estos contactos fueron más allá de una comunicación de ida y vuelta, tal como dijo Riabkov.
También se demuestra que los esfuerzos de Guaidó con Rusia están dando frutos. Esta semana, el presidente Vladímir Putin recibió a Nicolás Maduro en Rusia y le dijo a la cara que ellos reconocen “a todos los cuerpos de poder legítimos en Venezuela” y uno de ellos es “el Parlamento”. La Asamblea Nacional, que preside Guaidó.
Putin es coherente con la decisión adoptada desde que surgió la negociación entre Guaidó y Maduro en Noruega. Putin siempre la apoyó. Y la apoya. Como dice el gobierno noruego, ambos son “los principales actores políticos del país”.
Por eso no es de extrañar que Maduro, nada más aterrizar en Caracas, dijera: “Si se reactivara la iniciativa del diálogo de Oslo estamos preparados de inmediato para asumirla, porque todas las puertas están abiertas para el diálogo político”.
Así que Guaidó no se equivocó cuando el martes en la Asamblea Nacional, ya con los diputados chavistas en el hemiciclo, dijo que Maduro regresaría a la mesa facilitada por Noruega. Quizá confiaba en la decisión de Putin.
Fuente: Al Navío