Níger, uno de los países más empobrecidos del mundo, se encuentra atravesando uno de los momentos más convulsos de su historia desde finales del mes de julio, cuando el presidente Mohamed Bazoum y su familia fueron retenidos en el palacio de gobierno por un grupo de militares insurrectos que subrayaron el "continuo deterioro de la situación de seguridad y la mala gobernanza económica y social" como argumento principal para derrocar al Gobierno el cual había sido elegido democráticamente.
El Político
Una semana más tarde desde el inicio del terror, aterrizó en París, Francia, uno de los dos aviones que el ejecutivo de cesa", según indicó la ministra de Exteriores gala, Catherine Colonna.
Está acción fue rechazada rotundamente por los militares que tomaron la ciudad y amenazaron a las autoridades con responder a la fuerza, si el estado francés se interponía en los asuntos de la nación. Las relaciones entre Níger y Francia, su antiguo gobernante colonial, quien, en búsqueda de ayudar a combatir los insurgentes islamistas, mantuvo una presencia militar en el país desde que oficiales del ejército tomaron el poder en Niamey en julio, se quebró peligrosamente.
Como consecuencia de esta amenaza, se registró la huida del embajador de Francia en el país, este miércoles 27 de septiembre por la mañana, alrededor de un mes después de que el gobierno militar ordenara su expulsión y días después de que el presidente Emmanuel Macron anunciara que tanto el equipo diplomático como las tropas militares serían sacadas de la nación en conflicto.
Las protestas contra los franceses se volvieron comunes, casi diarias, en Niamey desde que los militares tomaron el poder, donde miles de partidarios de la junta pasaron días acampando frente a una base militar francesa para exigir la salida de las tropas.
Francia, al inicio de las amenazas ignoró la orden, manteniendo su postura de que el gobierno militar era ilegítimo y pidiendo la restitución del presidente electo Mohamed Bazoum. Sin embargo, en vista de la tormentosa y riesgosa situación el gobierno francés tomó la decisión de desalojar a sus partidarios, lo cual, según fuentes de seguridad en Níger, conllevó con la salida del embajador Sylvain Itté del país. La noticia fue confirmada más tarde por la oficina del presidente en París.