Los Emiratos Árabes Unidos (EAU), habrían participado en una "triangulación solapada" en la venta del avión Boeing 747-300 de Emtrasur, que la empresa iraní Mahan Air le vendió a su par venezolana Conviasa, según datos aportados por el FBI estadounidense.
Mario A. Beroes Ríos/El Político
Dicha aeronave, acaba de ser "incautada de manera provisoria" por la justicia de Estados Unidos, al comprobarse que Venezuela lo habría adquirido de Irán "violando leyes estadounidenses y mediante una triangulación solapada en los Emiratos Árabes".
El FBI le entregó toda la documentación requerida a la Corte federal en Washington DC, según datos aportados por el diario argentino La Nación.
En Ezeiza por un largo tiempo
La decisión la adoptó el juez federal G. Michael Harvey tras analizar la solicitud que le presentó el agente especial del FBI Adam Mastrianni el 19 de julio pasado.
Autorizó a incautar de "manera temporal, y y hasta tanto se resuelva el fondo de la cuestión", el Boeing 747-300 de la empresa venezolana Emtrasur.
La petición del agente especial Mastrianni se anotó en los registros de la Corte bajo el número 22-sz-16 y tramitó hasta esta semana bajo reserva.
Incluyó un escrito que sustentó con datos, fotografías y otras evidencias que, según declaró bajo juramento, recibió de funcionarios argentinos, de otros agentes del FBI y de diversas reparticiones estadounidenses en Washington y en Miami, entre otros.
Agente especial Mastrianni
Mastrianni basa su escrito en la “revisión de informes y archivos, incluyendo del Departamento de Comercio, del FBI, del gobierno de Argentina, de la compañía Boeing, de bases de datos de aerolíneas, de documentos judiciales, de información de acceso público y de información obtenida de otras agencias de seguridad”.
La colaboración de las autoridades argentinas se plasmó, por ejemplo, en el envío de copias del llamado “Crew Mini Log Flight Operation”, una suerte de bitácora en la que constan detalles de cada vuelo del avión por América Latina, Medio Oriente, Europa y Asia, antes y después de que lo comprara Emtrasur.
Incluso tras el traspaso a manos venezolanas, el Boeing continuó operando bajo el nombre de la línea aérea “Mahan Air”.
Esa especie de bitácora aportó datos, por ejemplo, sobre el vuelo del 18 de marzo pasado entre Teherán y Belgrado, con anotaciones y observaciones volcadas en farsi, como también otros entre Venezuela, Cuba, México o Irán.
Esa información, se gestionó entre los investigadores estadounidenses, el Departamento de Estado, la Cancillería argentina, el área de cooperación internacional del Ministerio Público Fiscal y los funcionarios a cargo de impulsar la pesquisa ante el Juzgado Federal de Lomas de Zamora, a cargo del juez Federico Villena.
8 millones de euros
La investigación de la Oficina Federal de Investigaciones de los Estados Unidos (FBI), señala que Conviasa, pagó 8 millones de euros por el Boeing 747 que en la actualidad opera con la matrícula YV-3531.
La operación se concretó en julio de 2021, cuando la entonces ministra del Turismo, Estella Lugo, quien ahora es la embajadora venezolana en Argentina, giró los fondos a “Lance Tech”, una compañía ubicada en Dubai, Emiratos Árabes Unidos, que en teoría se desempeña en la industria del turismo.
Según reconstruyó el FBI, Conviasa recién recibió la custodia y tomó el control de la aeronave tres meses después, en octubre de 2021, con la previsión explícita de que “asistencia técnica y mecánica” sería provista por la Organización de Aviación Civil de la República Islámica de Irán.
Los investigadores estadounidenses también dieron por verificado que uno de los tripulantes iraníes retenidos en la Argentina es Gholamreza Ghasemi.
Ghasemi, ya había sido identificado por las autoridades de inteligencia del Paraguay, como “un excomandante de la Guardia Revolucionaria Islámica, y accionista y miembro del directorio de la aerolínea iraní sancionada por la OFAC, Qeshm Fars Air”.
Y a continuación recordaron que la Guardia Islámica fue categorizada como una organización terrorista por prestar apoyo a “operaciones encubiertas y crear inestabilidad en Medio Oriente”, y que Qeshm Fars Air y Mahan Air “transportan personal y armas a Siria”.
En esa misma línea, los investigadores estadounidenses le informaron al juez Harvey que en esa bitácora que apareció en el Boeing 747, que ahora pertenece a Emtrasur también quedaron asentadas anotaciones referidas a vuelos de este año.
El asunto radica en que dichas anotaciones son de otro Boeing 747, matrícula EP-FAA, que pertenece a Qesham Fars Air. En particular, entre los aeropuertos internacionales de Damasco, Siria, y Teherán.
Muchos puntos oscuros
Apoyado en ese tipo de planteamientos y evidencias, el agente Mastrianni recordó que la legislación vigente de Estados Unidos impone la autorización previa de su gobierno para vender determinados activos, entre ellos, aviones y sus repuestos.
Como también le otorga la facultad de prohibirle la venta -o incluso la reventa a terceros- de esos mismos activos.
En particular, explicó, cuando esas operaciones “podrían reportar una contribución significativa al potencial militar de otros países o podrían ir en detrimento de la política exterior o la seguridad nacional de Estados Unidos”.
Así fue como, sostuvo el agente especial del FBI, la aerolínea iraní Mahan Air no se encontraba habilitada para vender ese Boeing a terceros por encontrarse sancionada desde 2008.
Añadió que tampoco Emtrasur requirió la autorización del gobierno de Estados Unidos para volar con esa aeronave y trasladar mercaderías desde y hacia Rusia e Irán, entre otros países.
Con más de siete años como magistrado en la Corte federal, el juez Harvey concedió la orden de incautación provisoria, con la premisa de que quien la ejecute debe preparar un inventario de todo lo que se incaute y enviársela en cuanto se haga efectiva.
Esto, mientras que el gobierno de Estados Unidos impulsa una demanda para requerir el decomiso definitivo de la aeronave.