El Político.- La situación del país ha empeorado la vida de todos los venezolanos, pues la escasez ha incrementado el indice de desnutrición y es que el salario mínimo no alcanza ni para cubrir una cuarta parte de la canasta básica y el régimen de Nicolás Maduro se ha desentendido de las preocupaciones de los ciudadanos que día a día se encuentran con la soga al cuello más apretada pues los altos precios hacen que la alimentación cada vez sea más difícil.
La jefa del Servicio de Nutrición, Crecimiento y Desarrollo del Hospital J.M. de los Ríos, Ingrid Soto, comentó que desde 2015 a la fecha se ha triplicado el número de infantes con desnutrición grave atendidos en el servicio.
“Toda la vida hemos tenido desnutridos graves, pero hasta 2015 veíamos a alrededor de 30 pacientes, el año pasado vimos a 110 pacientes, es decir, se triplicaron los casos de desnutrición infantil grave. Y la tendencia que llevamos este año es similar: lo que ocurrió el año pasado lo estamos viendo otra vez. Durante los primeros seis meses de 2015 tuvimos 43 pacientes y en el primer semestre de este año atendimos a 49 niños”, aseguró.
Comentó que en el hospital registran casos no solo de niños con mala alimentación sino también de sus padres: “Refieren que han perdido entre 8 a 9 kilos. Muchas veces se sacrifican y no comen para darles a sus niños lo poco que tienen”.
Los niños que no están infectados son trasladados a un centro de recuperación nutricional que tiene el Instituto Nacional de Nutrición y que pasa por las mismas carencias de los hospitales públicos. Estarían empleando una bebida que no tiene el suficiente aporte de proteínas para recuperar a estos menores.
“Son centros que dependen del INN, pero creo que deben tener el mismo problema que nosotros para adquirir fórmula y leche. Más que todo los están recuperando ahorita en ambulatorios con esta “nutrachicha” que hizo el INN, aunque eso es fundamentalmente carbohidrato y casi no tiene proteínas. Antes se repartía un producto buenísimo, el Lactovisoy. Pero eso lo perdimos también”, destacó la doctora.
Precisó también que en los últimos años estaban preocupados por la cantidad de niños obesos, pero que ahora si acaso atienden uno o dos niños por esta condición. Estadística que tampoco es para alegrarse, “Esos niños gordos están rebajando pero es por lo mismo: porque los padres no tienen recursos para comprar esos alimentos. La manera de rebajar no es pasar hambre. Es tan malo ser obeso como desnutrido, explicó.