El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, está bajo presión. Tanto ciudadanos como copartidarios le exigen más liderazgo y determinación para frenar el alza de los precios.
El Político
Durante el mes de julio, el Índice de Precios al Consumo (IPC) del país norteamericano sufrió una variación de 0,6%. El repunte, aunque discreto, elevó la inflación anual hasta el 3,3%.
Los sectores que experimentaron mayor subida fueron el de los alimentos, las bebidas alcohólicas y no alcohólicas, la vivienda y el transporte.
Con tal realidad como telón de fondo, los diputados del Partido Liberal demandan al gobernante acciones concretas para evitar que el valor de los alquileres y los alimentos continúe en ascenso.
A los legisladores no sólo les preocupa la inflación, sino el impacto negativo que el fenómeno está ocasionando en la opinión pública.
Al parecer, ni el jefe de Gobierno ni su partido han sido bien evaluados en las últimas encuestas de popularidad.
Por ese motivo, este jueves, el primer ministro anunció medidas. Trudeau eliminó el impuesto a los bienes y servicios relacionados con el área de la construcción.
El objetivo sería el de fomentar el desarrollo de complejos urbanísticos, con apartamentos o casa que puedan ponerse en alquiler.
El Gobierno federal también le ha pedido a las grandes cadenas de supermercados elaborar planes que permitan estabilizar el costo de los alimentos.
Esa petición deberá ser cumplida por las empresas en el menor tiempo posible. De lo contrario, las compañías se exponen a medidas sancionatorias o medidas fiscales.
A comienzos de septiembre, el Banco de Canadá, la entidad que regula la política monetaria del país, anunció que su tasa de interés se mantenía en 5%.
La intención, han explicado analistas, es la de desincentivar la solicitud de créditos o préstamos para frenar, a su vez, el consumo.
Se espera que el ente monetario mantenga la misma tasa de referencia hasta el mes de octubre.