Mientras Israel avanza con su ofensiva militar en la Franja de Gaza, la posibilidad de un conflicto armado de mayores dimensiones permanece latente.
El Político
El sábado, 07 de octubre, milicias que forman parte del brazo armado de Hamás lanzaron una cruenta arremetida contra los israelís.
Los combatientes incursionaron por tierra, mar y aire en suelo israelí. Más tarde acribillaron a policías, soldados y civiles.
Posteriormente, dispararon miles de cohetes, que causaron destrozos en distintos puntos de la nación hebrea.
El ataque, que se cifró con 1.400 muertos, permitió a los milicianos capturar a cerca de 200 personas. Esos individuos fueron arrastrados hasta Gaza.
Desde aquel momento, Israel desplegó la operación “Espadas de Hierro”.
El operativo se focalizó en la retoma de las posiciones defensivas a los largo de la frontera común entre Israel y Gaza.
Del mismo modo, durante tres semanas consecutivas, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han golpeado, desde el aire, posiciones clave de Hamás en la Franja.
Todo ha ocurrido, mientras el Ejército se prepara para lo que luce como una incursión inminente de los militares israelíes en el enclave palestino.
Con tal realidad como telón de fondo, Estados Unidos pidió a China servir de intermediario.
La solicitud fue formulada durante la visita, a Washington, del ministro de Asuntos Exteriores del gigante asiático, Wang Yi.
El canciller permaneció, por tres días, en la capital estadounidense. Durante ese tiempo, compartió con su homólogo, Antony Blinken, y con el presidente Joe Biden.
El régimen que gobierno China tiene un alto poder de interlocución con Irán. Esa nación parece haber apoyado a Hamás en el preparativo de su arremetida del 07 de octubre.
Teherán también está detrás de Hezbolá, la organización terrorista chií que tiene presencia en Líbano.
La eventual participación de Hezbolá en el actual conflicto entre israelíes y Hamás podría llevar las acciones a otro nivel.
La confrontación se recrudecería, por su puesto, si además de Hezbolá, Irán también toma partido.
La Casa Blanca, aliada de Israel, busca evitar tales escenarios. Por ese motivo, le ha solicitado a Pekín tener “un enfoque más constructivo”.
Desde Estados Unidos quieren que China inste “a la calma”. “China, obviamente, tiene relaciones en la región… Creemos que debería utilizar esas conexiones para pedir calma”, dijo un alto funcionario estadounidense.