El relator especial de la ONU sobre los derechos de los emigrantes, Francois Crépeau, comienza a evaluar la controvertida política contra la inmigración ilegal de Australia, criticada por varias organizaciones.
Durante 18 días, Crépeau visitará los centros de detención en el país y en Nauru, uno de los dos que Australia utiliza en el Pacífico junto al de la isla papuana de Manus.
También se reunirá con funcionarios del gobierno encargados de la protección de fronteras, sindicatos, organismos de derechos humanos e inmigrantes en una serie de reuniones.
"Es una oportunidad para entender cómo gestiona Australia toda su política migratoria y su impacto en los derechos humanos de los inmigrantes", dijo Crépeau en un comunicado emitido la víspera.
El relator canceló hace 14 meses esta visita por considerar que la ley australiana obstaculizaba un trabajo libre e independiente porque impedía, bajo pena de cárcel, que los empleados de los centros de inmigración hablen sobre las condiciones de esos lugares.
La visita coincide con el anuncio del Gobierno australiano de un plan para prohibir de por vida cualquier tipo de visado a los solicitantes de asilo y refugiados que hayan intentado entrar a Australia ilegalmente por vía marítima desde julio de 2013.
Australia reactivó en 2012 su política para la tramitación en países terceros de las solicitudes de inmigrantes que viajan a ese país en busca de asilo y acordó la apertura de centros de detención en Papúa Nueva Guinea y Nauru.
La ONU y grupos de defensa de los derechos humanos han criticado estos centros de detención al catalogar como "inhumanas" las precarias condiciones de vida con las que viven los internos.
Muchos de los inmigrantes retenidos en Nauru y Papúa Nueva Guinea han huido de conflictos como los de Afganistán, Darfur, Pakistán, Somalia y Siria, y otros que han escapado de la discriminación o de la condición de apátridas como las minorías roginyá de Birmania, o Bidún, de la región del Golfo.
Con información de EFE