Popole Misenga, fue miembro de la selección de Refugiados, y participó en las Olimpiadas de Brasil en las competencias de Judo. Este atleta de la República Democrática del Congo no contuvo las lágrimas de tristeza, cuando dijo que su hermano quizás lo podía ver en televisión participando en los JJOO. Ellos no se han visto en 18 años, cuando a los nueve fueron separados por la guerra en Kisangani. Lo apartaron de su familia y lo rescataron mas tarde, después de ocho días solo en un bosque. "Estoy trabajando para algún día poder pagarle a mi hermano, el ticket para venir a Brasil", comentó Popole. Este joven es tan solo uno de los mil refugiados, quienes pasaron por un centro de apoyo en Rio de Janeiro, administrado por ACNUR Caritas.
Por Luisiana Ríos P./El Político
“Todos tienen problemas de adaptación, idioma y trauma, y los ayudamos lo más que podemos. Los apoyamos en sus necesidades básicas y las ayudamos a ponerse de pie de nuevo”, dijo Diogo Felix encargado del centro de refugiados de ACNUR en Brasil.
En el 2013, Popole había llegado a Brasil para participar en el Campeonato Mundial de Judo. Pero cuando su equipo perdía el coach los enjaulaba sin comida. Incluso en ese entonces, su entrenador confiscó su pasaporte y le daba solo café y pan, tal y como ocurría en cada campeonato fuera del país. Después de años de abusos, él huyó del hotel y caminó por las calles buscando ayuda, hasta que pidió asilo en Brasil.
El presidente del Comité Olímpicio Internacional Thomas Bach exaltó que "estos atletas de refugiados mostraron que, a pesar de las tragedias inimaginables que han enfrentado, cualquiera puede contribuir a la sociedad a través de su talento, habilidades y fuerza del espíritu humano".
En la selección de refugiados de las Olimpíadas, había dos nadadores sirios, dos judokas de la República Democrática del Congo, un maratonista de Etiopía y cinco corredores de Sudán del Sur. "Su participación en los Juegos Olímpicos es un homenaje a la valentía y la perseverancia de todos los refugiados en la superación de la adversidad, para construir un futuro mejor para ellos y sus familias", dijo el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi.
Yolande Mabika también del Congo, récordó cuando corrió por su vida a los ochos años, en el momento en que unos rebeldes atacaron su vivienda al este de su país. Eso ocurrió hace más de 20 años y fue la última vez que pudo ver a su familia.
"Todavía pienso en Congo, aunque cada vez menos, ya no pienso en mi familia todo el tiempo. Los recuerdos están ahí, pero el dolor ha desaparecido, dijo Mabika." Yolande fue recogida por un helicóptero militar, la llevaron a la capital, Kinshasa, y la ubicaron en un refugio para niños abandonados y huérfanos. Allí, lloró mucho al principio y después comenzó el judo como una forma de terapia. "Me cambió la vida, desarrollé un "corazón fuerte".
Anjelina Nadai Lohalith de 21 años, no ha visto ni ha hablado con sus padres desde que tenía seis años de edad, ella tuvo que huir de su hogar en el sur de Sudán, porque la guerra se acercaba a su pueblo. Otro notable deportista que formó parte de este incipiente equipo, fue Yiech Pur Biel de 21 años, quien estuvo obligado a huir de los combates en el sur de Sudán en el 2005.
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Yiech terminó en un campo de refugiados en el norte de Kenia, allí empezó a jugar fútbol y después comenzó a correr. "La mayoría de nosotros nos enfrentamos a muchos desafíos, puedo mostrar a mis compañeros refugiados que tienen una oportunidad y una esperanza en la vida", dijo el deportista. El confía que el haber competido en los 800 metros en Río, podría ayudarlo a convertirse en un embajador de los refugiados de todo el mundo.
Gracias a esta selección existirá en el mundo un mejor conocimiento de la magnitud de esta crisis", dijo Thomas Bach presidente del COI
Las historias de esta notable selección en los JJOO captaron las miradas y el corazón del público, incluso sus colegas de otro países, les pedían fotos cuando los encontraban en la Villa Olímpica. Pero lo más importante para ellos, es que lograron gracias al deporte, despertar la conciencia en el mundo, sobre el problema que actualmente enfrentan más de 65 millones de refugiados.
En nuestra próxima entrega de "Equipo de Refugiados en los JJOO, la otra cara de la guerra y la violencia", les informaremos del futuro de esta selección.