Ernesto Cardenal (1925-2020), poeta y sacerdote nicaragüense, murió este domingo tras ser hospitalizado por una infección renal. El 20 de enero pasado, el autor de Oración por Marilyn Monroe y otros poemas (1965) celebró sus 95 años de vida, recién había publicado su libro Hijos de las estrellas, según difundió vozpopuli
El Político
Cardenal fue uno de los poetas nicaragüenses más reconocidos en todo el mundo, con obras traducidas a 20 idiomas y reconocimientos como la orden Legión de Honor en Grado de Oficial del Gobierno de Francia, así como el Premio de Poesía Reina Sofía, concedido en 2012. "Todavía queda por hacer la revolución mundial, que es algo inevitable", dijo entonces.
El autor de Epigramas (1961) llegó a decir que la grandeza de una obra literaria muchas veces se debía a valores extraliterarios. “Mi poesía no tiene verdadera grandeza: su mérito ha sido extraliterario, y este ha sido mi mérito, mi dedicación a favor de los oprimidos y los pobres, lo que se ha llamado teología de la liberación o teología de las bases, y a la que me he consagrado principalmente".
Cardenal fue poeta, sacerdote, escultor, pintor, exministro de Cultura con el gobierno sandinista de Nicaragua entre 1979 hasta 1987, místico y muy interesado por la naturaleza, la ciencia y el cosmos. Una de las imágenes más recordadas ocurrió en 1984 cuando fue suspendido "A divinis" por el papa Juan Pablo II por formar parte, en aquella época, del Gobierno sandinista en Nicaragua, lo que le impidió celebrar misas y administrar sacramentos.
Un dato a considerar es que el año pasado, el papa Francisco absolvió a Cardenal "de todas las censuras canónicas", luego de 35 años de sanción. Cardenal protagonizó una imagen que dio la vuelta al mundo en marzo de 1983, cuando el Juan Pablo II reprendió públicamente a Cardenal, que lo saludó de rodillas, en el Aeropuerto Internacional de Managua. ¿El motivo? Su significación política.
Como se recordará, para aquel entonces Daniel Ortega presidía el gobierno con un proyecto que despertó el interés de intelectuales como Sergio Ramírez, quien se mostró después muy crítico con Ortega, actual presidente de Nicaragua, un país asolado por la restricción de libertades, y contra el cual el propio Cardenal se alzó como crítico, por su represión desproporcionada.
“Fue una revolución muy bella, lo que pasa es que fue traicionada. Lo que hay ahora es una dictadura familiar. Eso no fue lo que apoyamos nosotros”, sostuvo Cardenal, ya distanciado de Ortega. Figura clave de la teología de la liberación, el nicaragüense generó polémica dentro y fuera de la iglesia católica. Desde sus primeros epigramas, Cardenal dio a conocer un mundo poético preocupado por la condición humana, y con una concepción política del mundo.
Con información de: vozpopuli