Todos o ninguno. Este es el sentir generalizado entre los diputados y la mayoría de los dirigentes socialistas consultados cuando se plantean abstenerse en la segunda votación de la sesión de investidura, lo que daría la presidencia a Mariano Rajoy. Otra opción sería que todo el grupo votara en contra salvo 11 diputados, lo que le bastaría al candidato del PP; pero tanto el presidente de la gestora, Javier Fernández, como el PSOE de Andalucía, la principal federación, defienden que todos asuman la decisión. Y ello contando con que, como parece casi seguro, el comité federal de mañana decida facilitar que Rajoy forme Gobierno.
La comisión gestora del PSOE no ha resuelto aún ni tiene una respuesta aproximada sobre la instrucción que formulará al grupo parlamentario socialista para materializar la abstención en la segunda votación de la investidura de Rajoy. Las distintas modalidades de “abstención técnica” que propugnan diferentes responsables socialistas choca con el rechazo casi absoluto de quienes tendrán que afrontar de viva voz esa situación: los 84 diputados socialistas.
La abstención ante un Gobierno del PP es un paso muy difícil para el PSOE, pero lo será mucho más si se produce una votación con noes y abstenciones y solo unos pocos tienen que significarse, señala una diputada socialista que no ve otra salida que inhibirse en la votación. “¿Nos están acusando dentro del partido de indignos y vamos a hacer algo con apariencia de indignidad?”, pregunta esta parlamentaria, que no puede aceptar que ella tenga que levantarse y decir “abstención”, si fuera una de las seleccionadas, y que su compañero de delante, de detrás y de al lado proclamen su no.
Estas razones las sostiene también el presidente de la gestora, Javier Fernández, así como la cúpula del socialismo andaluz, según distintos interlocutores. La defensa de la posición que mañana muchos miembros del comité federal expondrán por primera vez a favor de la abstención tiene que servir para justificar que esta postura sea tomada en bloque, opinan varias fuentes. Las dudas proceden de las decisiones que la gestora y la dirección del grupo socialista tendrían que tomar ante hipotéticas indisciplinas.
Los noes en el comité federal no se traducirán después matemáticamente en el grupo parlamentario, toda vez que algunos de los dirigentes críticos ya han adelantado que, tras defender su posición, acatarán la que tome la mayoría. Pero sí es seguro, por ejemplo, que los siete diputados del PSC no atenderán ese mandato: han anunciado que votarán no, decida lo que decida el comité federal. Lo mismo harán los dos parlamentarios de Baleares, la aragonesa Susana Sumelzo y la independiente Margarita Robles.
“Si se plantea un viraje histórico como es apoyar que gobierne el PP pediré libertad de voto al grupo parlamentario para mantener el compromiso con los votantes”
FRANCINA ARMENGOL, PRESIDENTA DE BALEARES
El diputado vasco Odón Elorza está contra la abstención y apelará al artículo 33 del reglamento del grupo socialista, que alude al voto en conciencia y que nada tiene que ver, según explica, con la libertad de voto. El artículo dice: “El pleno del grupo parlamentario podrá excepcionalmente acordar la libertad de voto por razones de conciencia una vez oídas las razones del parlamentario o parlamentarios solicitantes”.
En principio, no más de una docena de diputados se saltarían la decisión del comité federal. Pero estos quedarían difuminados si solo 11 se abstuvieran, dado que ellos no estarían entre los señalados para la abstención, como tampoco los parlamentarios en cuyas comunidades autónomas gobiernan los socialistas con el apoyo de Podemos. Esta es la estrategia por la que trabaja el PSC y su primer secretario, Miquel Iceta, que pide comprensión a los dirigentes del PSOE respecto a la situación del socialismo catalán, totalmente contrario, sin fisuras, a volver a hacer presidente a Rajoy, sobre todo por su actitud ante el problema territorial con Cataluña.
Evitar una mayor ruptura
Las peticiones de Iceta no caen en saco roto en la mayoría de los dirigentes del PSOE, que no quieren verse en la necesidad de tomar medidas drásticas contra el partido federado. El dilema está en que no poner en evidencia la quiebra de la disciplina de los diputados catalanes violenta mucho al resto de los parlamentarios socialistas. La propuesta de la abstención selectiva, que fue realizada hace semanas por el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, también tiene ahora como principal defensor al presidente castellanomanchego, Emiliano García-Page, con el afán de ambos de no provocar más rupturas de las que ya tiene la organización socialista.
La firmeza en el no la mantiene la presidenta de Baleares, Francina Armengol. “Si se plantea un viraje histórico como es apoyar que gobierne el PP pediré libertad de voto al grupo parlamentario para mantener el compromiso con los votantes”, ha declarado este viernes.
La tesis que previsiblemente triunfará en el comité federal respecto a que la abstención no es apoyar al PP tampoco la admiten buena parte de los dirigentes que estuvieron con el anterior secretario general, Pedro Sánchez. Óscar López, exportavoz del Senado, sigue en la defensa del no, lo mismo que el exsecretario de Organización, César Luena. “La abstención es un apoyo directo a Rajoy y defenderé el no en cualquier investidura: la segunda, la tercera, la cuarta, la quinta…”, dijo el número dos de Sánchez. No obstante, Luena acatará la decisión del comité federal.
Con información de El País