Una enfermera canadiense se declaró la autora de la muerte de ocho ancianos que estaban a su cuidado y confesó que elegía a sus víctimas, a las que inyectó dosis mortales de insulina, por su "mal comportamiento", informaron este viernes los medios de comunicación locales.
En un vídeo policial que recoge su confesión Elizabeth Wettlaufer explicó a un agente que se vio forzada a actuar porque "Dios, o quien fuese, quería que lo hiciese".
Wettlaufer explica con detalle los asesinatos, la enfermera reconoce que "sabía la diferencia entre lo correcto y lo equivocado" y que aunque creía que Dios le ordenaba matar a sus pacientes, "estaba empezando a dudar que era Dios" quien la guiaba.
Wettlaufer, que compareció este jueves ante un juzgado para declararse culpable de los ochos asesinatos entre 2007 y 2014, también es acusada del intento de asesinato de otros seis ancianos.
La mujer reconoció que sentía "una urgencia" de asesinar y que tras matar a sus pacientes la invadía una incontenible "risa".