Se califica como Estado Fallido a un Estado soberano considerado como un fracaso social, político y económico. Con un gobierno ineficaz, que no provee servicios básicos, presenta altos niveles de corrupción y de criminalidad, extenso mercado informal, ineficacia judicial, con poblaciones desplazadas y marcada degradación económica.
María del Carmen Taborcía / El Político
En un sentido amplio, el término se utiliza para describir un Estado que tiene escaso control sobre su territorio. Es decir, que tiene grupos armados desafiando la autoridad y le es imposible hacer cumplir sus leyes.
Al hablar de Estados fallidos lo normal es asociarlo a países devastados por la guerra, dictaduras que oprimen a un sector de la población o lugares azotados por desastres naturales de enormes proporciones.
Es un concepto joven en el campo de la ciencia política acuñado en los años noventa a raíz de la política exterior estadounidense en países como Somalia.
No obstante, ha adquirido relevancia en las últimas décadas. Por los resultados vistos en numerosas naciones cuyos Estados no cumplen con sus funciones habituales de brindar seguridad a sus ciudadanos, de acceso a las necesidades materiales más básicas, la sanidad y educación o las infraestructuras.
¿Qué es el Estado?
¿Pero, qué es un Estado? El Estado tiene tres elementos básicos: 1) territorio; 2) pueblo (nación); y 3) gobierno (poder político).
Tradicionalmente una nación es una población asentada en un territorio, unida por un lenguaje y una cultura. Con un sentido de identidad diferenciado de otras.
Así, el Estado es la organización política soberana de una sociedad establecida en un territorio determinado, bajo un régimen jurídico, con independencia y autodeterminación, con órganos de gobierno y de administración.
El gobierno está constituido por las instituciones, y los funcionarios que las integran, que tiene a su cargo temporalmente la conducción y el funcionamiento del Estado.
En muchas ocasiones se confunde Estado con gobierno. Y cabe recordar que el Estado es atemporal y permanente, mientras que el gobierno es transitorio.
¿Falla el Estado…o el Gobierno?
Una deformación habitual de los gobiernos en las democracias frágiles es la utilización del Estado para fines propios. Esto conduce a suponer que los ciudadanos que llegan a ocupar la función pública están autorizados a servirse del Estado como instrumento de acumulación de poder. Asumiendo que este poder delegado por los ciudadanos, en realidad, les fue transferido.
¿Es correcto entonces hablar de Estado fallido? ¿Debería decirse que “un gobierno” es fallido? Si el Estado somos todos los que habitamos el mismo suelo y estamos sujetos a las mismas normas, cuando un gobierno falla ¿fallamos todos?
Pero si un gobierno es solo uno de los elementos constitutivos de un Estado ¿por qué involucran a toda la población y al territorio en la ecuación? Y ¿cuál es la responsabilidad de los que gobiernan cuando sus acciones debilitan un Estado y lo llevan a un colapso socioeconómico?
En tal caso, si un Estado es fallido es porque los que tienen el poder político han malogrado y defraudado al conjunto de su población.
Abogada y Escritora