Estados Unidos no apoyará el llamado “urgente” al alto al fuego en Gaza por parte del secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres.
El Político
El embajador de EE.UU Robert Wood, antes de la votación del Consejo de Seguridad arrojó una dosis de realidad al Consejo que intenta que se apruebe ese allanamiento al conflicto en Gaza. Resolución presentada por Emiratos Árabes que ha recibido el apoyo de todos los países árabes e islámicos, además de Rusia, China y Francia.
“No apoyamos el llamamiento a un alto el fuego inmediato. Solo sembraría las semillas de una próxima guerra, porque Hamás no quiere ni una paz duradera ni la solución de los dos Estados” expresó Wood.
Asimismo el diplomático resaltó que “si Israel dejara las armas hoy, como algunos Estados miembros piden, Hamás seguiría reteniendo a sus rehenes, mujeres y niños, viejos y jóvenes, muchos de ellos sujetos a trato inhumano y cruel”.
Minutos antes de la intervención de Wood, el embajador israelí, Gilad Erdan, se opuso radicalmente a una tregua e indicó que “el verdadero camino a la paz es apoyar la misión de Israel y no llamar en absoluto al alto el fuego”.
Erdan también razonó su oposición a la tregua agregando que “Un alto el fuego significa cimentar el control que Hamás tiene en Gaza; más aún, llamar al alto el fuego manda un mensaje claro de que se perdonan sus atrocidades deliberadas, y que la opresión de los gazatíes por Hamás tiene luz verde de la comunidad internacional”.
Guterres de lado de Hamás
En varias ocasiones, el Secretario de la ONU, António Guterres, ha sido objeto de críticas por parte de funcionarios israelíes debido a sus comentarios que parecen justificar las acciones terroristas de Hamás.
Durante una reunión en las Naciones Unidas, Guterres mencionó que estos ataques son resultado de la presión que ha enfrentado el pueblo palestino durante más de cinco décadas, lo que ha generado indignación.
Sus palabras insinuaron que el terrorismo podría ser justificado en ciertas circunstancias.
Hamás rompe la tregua
La semana pasada, tras una tregua de siete días, el intercambio de fuego se reanudó luego de que Hamás rompiera el acuerdo.
Durante la tregua, se liberaron 105 rehenes capturados por los terroristas, pero las condiciones en las que Hamás los había mantenido revelaron torturas psicológicas, falta de atención médica y mala alimentación.
A raíz de la ruptura de la tregua, se canceló la liberación de los secuestrados y aún se mantienen a 137 israelíes secuestrados, incluyendo veinte mujeres.