El presidente ruso, Vladimir Putin, se mostró optimista respecto al avance de las negociaciones con Ucrania, afirmando que “estamos en el buen camino”. Sin embargo, el desarrollo del diálogo está condicionado a la realización de un canje de prisioneros, paso que Moscú considera esencial antes de continuar con cualquier conversación formal.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aclaró que la continuación de las conversaciones depende de que ambas partes concreten el intercambio de prisioneros anunciado recientemente, en un formato de mil por mil. Además, Rusia presentará a Ucrania una lista de condiciones para un eventual alto el fuego, aunque el contenido específico de estas exigencias no se ha hecho público, ya que las negociaciones se mantienen en reserva. Peskov también mencionó que, si se cumplen ciertos acuerdos previos, podría darse un encuentro directo entre Putin y el presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, aunque por el momento no hay fechas ni detalles confirmados sobre una posible reunión.
El anuncio sobre el progreso en el diálogo se produce después de una llamada entre Putin y el presidente estadounidense, Donald Trump, quien aseguró que Rusia y Ucrania “comenzarán inmediatamente negociaciones para lograr un alto el fuego y, lo que es más importante, el fin de la guerra”. Trump comunicó esta noticia a otros líderes europeos y destacó que el Vaticano ha mostrado interés en acoger las negociaciones.
En detalle
Por su parte, Putin ha insistido en la necesidad de abordar las raíces del conflicto para lograr una paz duradera, subrayando que las negociaciones deben centrarse en eliminar las causas de fondo y no limitarse a medidas temporales. Ucrania, aunque inicialmente condicionó su participación a un cese de hostilidades inmediato, posteriormente se mostró dispuesta a dialogar incluso sin un alto el fuego previo.
A pesar de la apertura al diálogo, Rusia mantiene posiciones firmes respecto a sus demandas en la mesa de negociación. El Kremlin ha dejado claro que sus exigencias seguirán presentes en cualquier proceso de paz, lo que sugiere que las conversaciones serán complejas y no exentas de obstáculos.
Putin considera que la relación histórica entre Rusia y Ucrania es un factor clave en el conflicto y ha reiterado que la posibilidad de una incorporación ucraniana a la OTAN sigue siendo una línea roja para Moscú. El presidente ruso busca que cualquier acuerdo contemple garantías de seguridad para Rusia y el reconocimiento de sus intereses estratégicos en la región.
La presión internacional es fuerte y el diálogo sigue abierto, aunque el desenlace dependerá de la capacidad de ambas partes para encontrar puntos de acuerdo sobre temas sensibles como la seguridad y la soberanía. La situación sigue siendo dinámica y cualquier avance dependerá tanto de las decisiones en la mesa de negociación como de la evolución en el terreno y la presión internacional.